...Me desperté desorientada en el sofá marrón que L tenía en el salón. Al abrir los ojos, vi que L me ofrecía un vaso de agua.
Lo acepté, pero no le di las gracias, yo tenia el semblante serio y lloroso, y lo único que hice fue mirar al frente, L se acuclilló a mi lado y me miró mientras yo bebía agua.
-¿Cómo te encuentras ahora? ¿Mejor?
Yo le miré pero no le dije nada. Volví a mirar al frente. El intentó darme un beso, para tranquilizarme quizás, pero yo levanté la cabeza, evitándole.
-Se que ahora estas pensando en cuál va a ser el siguiente paso, se que no me dirás nada, te conozco muy bien M.
-Me voy de París,- dije- lo he pensado mucho y es lo mejor que puedo hacer. Haré los exámenes desde la universidad en España.
-No, no, no puedes abandonarme así , no puedes dejar tu vida aquí, te queda un mes en París todavía. ¿Tu me quieres?
Como no le iba a querer, pensé, me había traicionado y había roto mi corazón, pero aún así le quería más que a nadie en este mundo.
L se dio cuenta de mis pensamientos y prosiguió:
-Entonces, las cosas esenciales siguen siendo las mismas, fue un error. Ven conmigo a NY como teníamos planeado.
-Tienes una novia. Yo no soy nada para ti ahora. Ni nunca lo he sido.
-Estuve con Anna una noche, y fue un error, tendría que habértelo contado. Ella dice que es mi novia porque tiene celos de ti.
-Dime cuantas veces estuviste con ella... -Le dije yo.
L me miró con sus ojos llenos de lágrimas y dijo:
-No lo sé, no recuerdo el momento de haber estado con ella. Todo es borroso...
-Me tendrías que haber dicho la verdad, eres un mentiroso.
-Me daba miedo decirte la verdad, M. Estuvo mal mentirte, puedo darme cuenta ahora, fui un cobarde. Debería hablarte con el corazón como estoy haciendo ahora. Anna fue mi amor de juventud, estuve enamorado de ella locamente, hasta que un día la encontré con mi mejor amigo. Los borré a los dos de mi vida, especialmente a ella. Pero no se dio por vencida, siempre que yo volvía a casa ella me iba a buscar, me decía palabras bonitas y hacía que mi corazón recordase algunos sentimientos que tuve hacia ella- M te juro que no recuerdo bien ninguna de esas noches porque había bebido mucho, y no recuerdo nada. Me di cuenta de que lo único que quería Anna era tenerme. Que fuera suyo para poder conseguir contactos y prestigio.
Yo comencé a llorar al imaginarme a L y a Anna mientras yo esperaba por él en París.
-M...dime algo, lo que sea.
-Me das pena- Dije tajantemente.- Me da pena que me hayas hecho algo así. Pude estar con T todo este tiempo, pude dejar que me hiciera suya. Pero no. Te respeté y dejé de lado a mi mejor amigo y mi novio de la adolescencia para que tu te fueras a tu casa a liarte con esa. Y encima achacas toda tu culpa al alcohol, como si yo fuera una niñita inexperta de 15 años que se cree cualquier cosa. Realmente eres un cobarde.
-M, lo siento, lo siento tanto...
L comenzó a llorar amargamente sobre mi pecho, pero me levanté y dije:
-Abandono, esto me supera. Me voy de París en el primer vuelo que haya para España. Te quiero como nunca he querido a nadie. Nuestro amor era limpio, sencillo. Entraste en mi vida como una ráfaga de aire limpio y puro, curando mis heridas. Y te irás de ella destrozando mi corazón. Siempre has sido tu, pero me tengo que ir de aquí y olvidarte, L.
Él me abrazó fuerte mientras lloraba. Yo le aparté, le besé la frente, salí corriendo de su casa, subí las escaleras e hice una maleta metiendo lo imprescindible.
Tres horas mas tarde, yo embarcaba en un vuelo destino a Madrid. Dejando atrás mi vida con L y esperando no volverle a ver nunca más, ya que era lo más adecuado para mi...