sábado, 23 de febrero de 2013

PARTE 88.TE EQUIVOCAS



... Ya era de noche,  llevaba  el día entero de aquí para allá. Había pateado la ciudad de un lugar para otro, sin rumbo. Cuando me di cuenta de que T me estaba esperando, cogí el metro y me fui a su casa.

Cuando llegué al portal y llamé, T abrió inmediatamente.

-Joder M, estaba preocupado. No contestabas al teléfono. Y Phillip me dijo que te habías ido y no sabía cuando ibas a volver.

-Perdón, pero ya sabes que ver a Anna fue mucho para mi. Verla cerca de ti... No se, creo que tengo que volver a Londres para aclararme, para descansar de todo esto.

-¿A Londres con L?- Me espetó.

-Me voy. A Londres. Sola. L sabe que estoy viviendo allí, me vio por la calle el otro día, pero me fui. No quiero estar con otra persona que no seas tu. Te echo de menos cada día, y estamos a miles de kilómetros de distancia. Y parezco una loca, porque te llamo, y nunca estás para mi. Siempre estás para Anna. Y el miedo que tengo a perderte es enorme. ¿Que quieres que haga? He venido hasta aquí. Estoy aquí. Contigo. Y lo único que quiero es que estemos bien. Que estemos juntos. Pero no se si lo mejor va a ser darnos un tiempo. Que cada uno haga su vida. No lo se.

-¿Phillip te dijo lo de L no? ¿Que no hizo nada con Anna? ¿Por eso tienes dudas ahora? ¿Qué pasa eh? Lo que quieres es volver a Londres, buscar a L y decirle todo lo que le has echado de menos, que le perdonas. ¿No es así?- Me gritó T enfadado.

T estaba realmente enfadado. No sabía como iba a terminar esta discusión.

-No me grites. No voy a permitir que te pongas así y que hables sin saber.

-¿Sin saber? - Me dijo T- M, yo vi cómo ese imbécil te cambió, cuando llegaste a mi casa no eras tu. Eras un recuerdo de ti misma. Y yo intenté curar y sanar tus heridas. Pero a la mínima duda abandonas.-Los ojos de T comenzaron a llenarse de lágrimas- Te quiero. Muchísimo. Y no quiero que te vayas. Pero se que cogerás el primer vuelo. Y que te iras a Londres. Dejándome aquí. Olvidándote de mi, de todas las cosas que hemos vivido.

Me quede callada. Lo que necesitaba ahora mismo era tenerle a mi lado. Borrarle las lágrimas que se escondían en sus ojos.

-Te equivocas. Voy a quedarme aquí. Contigo. -Dije conteniendo la respiración.

Y me acerqué a T y le abracé fuerte. Allí estábamos los dos, en Nueva York. Dentro de una semana yo tenia que volver a Londres. NO. No pienses en eso, me dije, una semana es mucho tiempo...




PARTE 87.A CUALQUIER OTRA PARTE.



... Anna sabía perfectamente quién era yo. Ella había sido la responsable de terminar mi reacción con L, y ella sabía que yo vivía en Londres, y que L también. Por lo que durante la semana que pasé en NY se convirtió en un infierno gracias a ella.

La gente parecía adorarla, era alta, esbelta y muy guapa. Se movía por todos lados como si todo el mundo la conociera y a ella le encantaba.

Cuando ella me vio, se acercó para saludarme, pero antes se paró delante de T, me miró y le dio dos besos. Cuando se acercó a mi, me aparté, le di la espalda y me fui.

Cuando salí fuera del campus, me senté en un banco. Y esperé a que se me ocurriera algo para hacer.

Pero un amigo de T que se llamaba Philip  salió fuera y se sentó a mi lado. Sacó una caja plateada del bolsillo y me ofreció un cigarrillo. Lo acepté y me quedé en silencio. Sin saber que decir. 

Estaba sumida en mis pensamientos, hasta que Phillip me dijo:

-Te entiendo, ¿sabes? Se quien eres, soy amigo de L, vivo aquí desde que nací y se que Anna no es una chica legal. Antes de intentarlo con L lo intentó conmigo, pero al final se fue con el mejor amigo de L.  Y debes saber una cosa: creo que entre ella y L no pasó nada. Él no se acuerda de nada, y ella dice lo que quiere decir, lo que le viene bien. T es un buen chico, pero L también, y le juzgaste por lo que ella te dijo, no le dejaste ningún tipo de defensa. No le escuchaste. El te quiso como nunca quiso a nadie. Habría dado la vida por ti. Y tu le abandonaste, le dejaste sin motivo.

-L me mintió, aunque no hubiera pasado nada, L me mintió. Me escondió todo lo que pasaba en sus viajes a NY. Me quería, lo se.

-¿ Y tu le querías?

-Pues claro que le quería, pero me destrozó. Hizo que me replanteara todo, y T siempre estuvo ahí a pesar de todo lo mal que me porté con él.

Los dos nos quedamos en silencio, y entonces me di cuenta de que necesitaba un tiempo para pensar, y para estar sola. Así que me levanté y empecé a caminar.

Phillip se quedó sentado, y me preguntó:

- ¿A dónde vas?

Me quedé mirando para él. Hasta que por fin contesté.

-A cualquier otra parte.