… Él ya no estaba, no estaba… ¿dónde estaba? Vi su cara en mi pesadilla, y entonces me desperté.
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3 MESES ANTES
En los últimos tres meses mi vida había cambiado por completo. NY se había convertido en una pesadilla. Pero al fin de al cabo, yo seguía siendo la misma.
Y la razón de todo esto fue mi estúpido cerebro, o mi corazón. Vamos lo de siempre.
El caso es que todo cambió. A y yo intentamos salir juntos, pero la cosa no funcionó.
Él estaba en la misma situación que yo. La persona a la que quería estaba con otro. Así que A y yo empezamos a salir juntos. Se pasaba por mi piso o yo por el suyo, íbamos al cine, al teatro, dábamos largos paseos juntos. Me llevaba a cenar a unos sitios que sólo A conocía. Dejé de pensar en la inminente boda de L. Me hizo sentir especial. Me hizo sentir querida. Y nos compenetrábamos muy bien.
Hasta un día, hace un mes y medio, cuando A me dijo que me adoraba, que estábamos genial juntos, pero sabía que yo quería a L. Y que él quería a su ex. Tenía razón, y desde ese momento A se convirtió en mi mejor amigo.
Pasamos a hacer los mismos planes, pero quitando la relación de pareja de la ecuación. Y estábamos realmente bien así. A me escuchaba llorar en mis peores días, cuando L aparecía en las portadas de los periódicos, y yo le animaba cuando él se enteraba de algo relacionado con su ex.
El gran problema llegó el día de la boda de L.
Esa mañana A apareció por mi casa con el desayuno, levantó las persianas de mi cuarto y me dijo:
-¡Arriba! No puedes pasarte todo el día durmiendo. Tienes que levantarte de esa cama y vivir. ¿Qué hacemos hoy?
-No quiero hacer nada. Quiero dormir todo el día e irme de NY en cuanto pueda.
-Conozco a una amiga de Chiara, la novia, que va a ir a la boda, me contará como va la cosa.
-No quiero saber nada, pero muchas gracias. Y si la amiga de Chiara es tu ex, paso.
-No, la persona que quiero llego a mi vida antes de ella. Está en Londres y lo sabes.
No dije nada, cada uno de nosotros tenía sus sombras. Yo no era la única que tenía el corazón roto.
….
Ocho horas después de esa conversación, A y yo estábamos en el cine. Él se puso a hablar por el móvil, cosa que yo odiaba.
-¿Puedes parar de una vez? - Le dije a A.
-Coge tu bolso, nos vamos.- Me contesto muy rápidamente.
Salimos casi corriendo del cine.
-¿Qué pasa? , le pregunté.
- L no ha ido a su boda. No ha aparecido.
La mezcla de sentimientos que me embargó en ese momento hizo que me mareara…
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ACTUALIDAD
… Él ya no estaba, no estaba… ¿dónde estaba? Vi su cara en mi pesadilla, y entonces me desperté.
Tenía pesadillas con L. Se alejaba de mi lado y no lo podía encontrar
L llevaba sin aparecer un mes, los periódicos lo buscaban para poder rellenar sus portadas. Pero L se había ido a algún sitio. Su familia lo sabría pero yo no era nadie como para llamar.
Esa tarde, estaba sentada en mi salón, mirando por la ventana, mientras A leía un viejo libro de mi estantería.
-¿Sabes que?- dije, - voy a encontrar a L. Necesito saber porque no se casó con ella. Necesito verle y saber cómo está. Necesito escuchar su voz y saber que está bien.
-¿Y cómo piensas localizarle? ¿Que vas a dar la vuelta al mundo buscándole?
-No, porque ya se dónde está...