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El miedo |
... L me acompañó a un pequeño centro médico cerca de la playa donde T había tenido el
accidente. Dos de sus amigos, los únicos que estaban con él, me saludaron, yo les pregunté cómo estaba T, y sus miradas me dejaron de piedra.
Caminé por el pasillo como un fantasma, y sus amigos me guiaron hasta la puerta de su cuarto. Entraron y yo me quedé fuera. Esperando. Con L a mi lado.
Cinco minutos más tarde, me dijeron que podía entrar a verlo. L me besó, pero prefirió esperar fuera. Yo cogí aire y abrí la puerta muy despacio. Allí estaba T tirado en una cama de un hospital, lejos de todo lo conocido.
Me quede de pie. Parada. Sin saber cómo mirarle ni que decir. T se sentó en la cama, y me miró con esos ojos marrones que podían decirlo todo con una sola mirada. Estaba mejor de lo que yo creía. Eso me tranquilizó un poco.
-Has venido, - dijo.
Yo cogí aire y respondí:
-Si, aquí estoy.
Me acerqué a él muy despacio,T miró a sus amigos, que salieron al pasillo, para dejarnos hablar tranquilamente y para hacer compañía a L.
-¿Cómo estás?- le pregunté. -Vaya susto que nos has dado a todos. - Le besé en la mejilla, intentando hacerle el menor daño posible.Sentí como T cerraba los ojos, agradeciendo mi beso.
-Estoy mucho mejor, los médicos dicen que he mejorado muy rápido. Que bien tenerte aquí. De verdad que te necesitaba.
-He leído tus cartas. Todas. Y no entiendo el porqué. Sólo me quieres cuando estoy lejos.
-Eso no es verdad,- dijo T con una mirada helada.-Me alejé de ti porque las circunstancias no ayudaron a que estuviéramos juntos. Y de repente, pasa un mes desde que me voy y ya estas con alguien. Un mes M. ¿De verdad que en un mes pudiste olvidar todo lo nuestro?
Al escuchar mi nombre saliendo de sus labios, un escalofrío recorrió mi espalda.
- L ha venido conmigo. Esta en el pasillo. No sabe toda nuestra historia. Solamente sabe que me rompiste el corazón, el me ha ayudado mucho. -las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y a descender por mis mejillas- Te esperé, esperé que picaras en mi puerta y no me dejaras sola. Pero simplemente desapareciste. Así, sin mas. Me rompiste en mil pedazos, y L me ha ayudado a recomponerme. Y ahora tu, que no se que te pasa, tienes que hacer el imbécil y romperte haciendo surf. Y enviarme esas cartas que han vuelto a abrir la brecha que L había cerrado. No sabes lo mal que lo he pasado. En París , cuando me enteré y en ese vuelo interminable leyendo tus cartas. No se cómo he podido aguantar sin deshacerme , yo... - Una angustia exagerada embargó mi cuerpo y mi mente, y comencé a llorar. T me cogió en sus brazos. Y me abrazó.
- Shh no llores, ven, déjame que te abrace. Ya se que le quieres M, también se que estáis juntos y sois felices,pero ¿Sabes qué? Creo que deberías saberlo. -Me susurró T al oído.
-¿Saber el qué? - respondí.
-Que alguna vez fuiste feliz conmigo.
Me abrazó aún mas fuerte y lloré amargamente en sus brazos. Tenía miedo. A perderle para siempre, al futuro, a la muerte, a no darle a L todo lo que se merecía...
Pero recordad esto: "El miedo siempre está presente, pero aceptarlo te hace mas fuerte".