lunes, 9 de diciembre de 2013

PARTE 142.EL ASCENSOR


...

-M... ¿Qué...? ¿Por qué...? ¿Qué haces aquí?

-Tenía que darte las gracias por lo que me enviaste.

L estaba  muy nervioso. Yo no sabía que hacer. Que decir. Me arrepentí en ese mismo instante de haber ido.

Así que me di la vuelta y me fui. Bajé corriendo las escaleras. Corrí hacia la boca de metro más cercana. L no me siguió. Cuando crucé la puerta del portal pude escuchar cómo cerró la puerta de su casa. Cerró la puerta de su vida dejándome a mi fuera.

Cuando llegué a casa las lágrimas empezaban a bajar por mis mejillas. Me metí en el ascensor y pulse el botón de mi piso. Esperando llegar a casa para meterme en la cama a llorar. Entraron cuatro vecinos al ascensor, yo me puse en la parte de atrás.

Cuando las puertas se estaban cerrando, entró A.

Yo me escondí como pude. Pero los vecinos se bajaron en el primer piso.

A y yo nos quedamos en el ascensor solos. Yo miré al suelo, esperando que el momento incómodo que estaba viviendo terminara pronto. Esperaba no ponerme a llorar delante de A.

Notaba que él me miraba. Cuando levanté la vista, nuestras miradas se cruzaron.

Conocía a A de muy poco, pero tenía la sensación de que era una persona conocida para mi. Como si lleváramos siendo amigos mucho tiempo.

Me puse más nerviosa de lo que ya estaba. Estaba enfadada con A. No me había defendido cuando pudo hacerlo. Y además no quería que nadie sintiera pena por mi.

-M, ¿qué te pasa?

En ese momento el ascensor se abrió. Salí corriendo a mi puerta, intenté introducir la llave en la cerradura, fue en ese momento cuando comencé a llorar.

A vino corriendo hacia a mi. Me cogió de un brazo, me giró y me abrazó. Yo comencé a llorar en sus brazos.

Me cogió en cuellos y me llevó a su casa. Me sentó en el sofá, me tapó con una manta y me dio un beso en la frente.

Yo seguí llorando hasta que las lágrimas pasaron a convertirse en sueño...

martes, 26 de noviembre de 2013

PARTE 141.HASTA QUE




Estaba muy cansada por todas las emociones que había sentido ese día. Era viernes por la tarde y no sabía que iba hacer durante todo el fin de semana. Decidí que tenía que darle gracias a L por la caja. Así que fui al único sitio donde sabía que podía estar. Su piso de soltero.

No me había cambiado de ropa, seguía con la de L puesta, y la verdad que no tenía muy buena pinta.

Entré en el portal, ya que la puerta estaba abierta. Subí las escaleras como un fantasma. Y llamé al timbre.

Esperé unos segundos. Hasta que L abrió la puerta...






PARTE 140.FOTOS


... La caja venía de Londres. No había remitente. Pero yo sabía que era de L. Me dispuse a abrir la caja. No tenía nada más importante que eso.

Dentro de la caja encontré recuerdos. Muchos recuerdos. Parte de la ropa que me había dejado en su casa, la ropa de L que más me gustaba (él me conocía bien).

Debajo de toda la ropa, había un diario. El diario que escribió mientras yo estuve viviendo con él en Londres. Y en el fondo de la caja, un álbum de fotos.

Al abrirlo, me quedé sin aire. Eran fotos mías en blanco y negro. Yo cocinando, yo sonriendo, yo bailando. Fotos de L. Fotos que yo le había hecho. Y fotos de los dos. L dándome un beso, los dos bailando, los dos en el fotomatón después de tomar copas en nuestro bar, los dos riendo...

Le echaba mucho de menos. Y no entendía porqué me había enviado todas esas cosas. Justo en ese momento. Cuando quedaban unos días para su boda.

Tenía que darle las gracias. Eso creía. Cogí mi teléfono móvil. Pero no podía llamarle desde ese teléfono.  No quería que se quedara con mi número.

No podía pedirle el teléfono a A. Así que simplemente no le di las gracias. Me di una ducha, me vestí con unos pantalones de L, uno de sus jerseys y unas bailarinas negras.

Cogí algo de dinero, llaves y la gabardina de L.

Me fui a mi cafetería favorita. Pedí un te y esperé a que la tristeza se apoderara de nuevo de mi....

sábado, 23 de noviembre de 2013

PARTE 139. REALMENTE DOLÍA



... Evitaba a toda costa encontrarme con A al entrar o salir de mi casa. Sabia que su novia se había ido de la ciudad, pero volvería a la boda.

Me senté delante de mi ordenador a buscar un viaje para salir de NY en las fechas de la boda de L. Necesitaría estar fuera, no podría estar en NY.

Sonó el timbre de casa, y me acerqué a mirar por la mirilla. Era A. No respondí, simplemente volví a sentarme delante del ordenador sin hacer mucho ruido.

Media hora mas tarde estaba leyendo el periódico. Había una noticia de  L. Había ido a Londres a comprar algo para su novia, según el periódico.

"Que bien", pensé. Las noticias de L me dolían, pero me hacían reconectarme con mi pasado.

Sentí ganas de volver atrás y luchar por él. No dejarle solo en Massachusetts. Estar con él. Realmente había momentos en los que le echaba tanto de menos que dolía.

Si, realmente dolía. "Estás bien, estás bien, estás bien" me repetí a mi misma.

La puerta volvió a sonar. Cuando  miré por la mirilla, había un chico con una caja de cartón. Abrí la puerta, el mensajero metió la caja dentro de mi casa, ya que pesaba mucho. Le di una propina y las gracias, y salió, mientras cerraba la puerta, A salía de su casa. Nuestras miradas se cruzaron. Y yo cerré la puerta...

jueves, 21 de noviembre de 2013

PARTE 138.SE QUIEN ERES



... Los días pasaban, y una noche estaba fumando en la ventana, en la escalera de incendios. Escuche ruidos en la ventana de al lado, donde estaba el cuarto de A.

No pude evitar asomarme , y fue entonces cuando la vi.

Había oído hablar de ella. La novia de A. Estuve celosa de ella desde el momento que supe de su existencia. No porque A me atrajera ni nada de eso. Simplemente porque ella no era para él.

Estaban bailando. Lento. Muy lento Y A la miraba.

La manera en la que él la miraba era la manera en la que un hombre enamorado mira a su chica. En ese momento lo único que sentí fueron celos.

Celos porque hacía tiempo que nadie me miraba así. Celos porque no podía sacarme de la cabeza la boda de L. Celos porque tampoco podía sacarme de la cabeza la mano de A en mi espalda cuando resbalé noches atrás en la cervecería.

No sabía que pensar. Me dolía estar así. Me dolía sentir lo que estaba sintiendo.

Cuando me di cuenta, me sentí espiando algo demasiado privado.  Así que entré rápido a mi casa. Cerré la ventana y me fui a dormir.

...


Al salir a trabajar al día siguiente me encontré a A y a su novia en el portal, preparados para despedirse, ya que ella volvía a España.

A me la presentó. Y ella me trató como si yo fuera una especie de bruja roba-novios.

-Ah... M... si.  Se quien eres, he oído hablar de ti. Tengo amigas que te conocen.

-¿Si?- respondí con una sonrisa.

-Si, -respondió- una de ellas de va a casar en un mes con un ex tuyo, me han dicho.

Fue como un golpe en la cara. No supe como reaccionar. A sabía parte de la historia de L. Nuestra amiga común le había resumido la peor parte. Pero no se esperaba lo que la cerda de su novia acababa de soltar por su boca.

A miró a su novia muy fijamente.

Sentí una oleada de odio. Miré a A.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero luché fuerte por no llorar. No delante de ella.

-Creo q me voy a ir. - Dije.

Me di la vuelta y salí a la calle, pude oír como A me decía algo, y también pude llorar...

domingo, 3 de noviembre de 2013

PARTE 137.CUANDO ESTA CIUDAD ME CONSUME



... Lo pasamos muy muy bien. Estuvimos recordando momentos de la facultad, hablando de amigos que teníamos en común. Después fuimos a una cervecería que había muy cerca de casa.

-Me encanta este sitio,- dijo A. -Puede que sea el lugar que más me relaja de toda la ciudad.

A dejó que entráramos todos, y yo entré justo antes de él. Resbalé con el suelo y resbalé, en ese momento A me cogió y nuestras caras quedaron muy cerca.

Fue la primera vez en mucho tiempo que sentí ganas de besar a alguien a quien no conocía lo suficiente, pero me puse de pie rápidamente, le di las gracias gentilmente, y entré a la cervecería.

Ahora entendía lo que decía. Era una cervecería que parecía una biblioteca. Todo estaba lleno de libros fotos y lámparas.

-Aquí vengo a relajarme cuando esta ciudad me consume. -Dijo A.

Todos pasamos una noche deliciosa. Llena de risas. Cuando llegó la hora de despedirnos, todas mis amigas vinieron a casa, y los chicos se fueron a dormir a casa de A, que estaba en el mismo rellano de la mía. Cuando estaba cerrando la puerta, A se acercó a mi y me dijo:

-Que descanses. Me ha gustado mucho conocerte. Si cualquier día necesitas algo. Aquí estoy.

-Gracias.

A me sonrió y momentos después yo cerré la puerta.

Era la primera vez en mucho tiempo que sentía algo que no fuera pena ni dolor en mi interior...

PARTE 136.A


... Estaba más tranquila, habían pasado unos días desde el encontronazo. Desde la noticia. Desde que sabía que todo había terminado.

Seguía yendo al trabajo todos los días. Mis amigas vinieron a verme desde España.

Una de ellas (mi mejor amiga de la facultad), me dijo que me presentaría a un amigo suyo del colegio. A, que había llegado dos meses atrás a la gran ciudad.

Le dije que invitara a A a mi piso, que se trajera algunos amigos.

Cuando sonó el timbre de casa, le dije a mi amiga que abrira la puerta, y entraron cuatro chicos de nuestra edad, conocía algunos de vista, de verlos años atrás cuando salía de fiesta por mi ciudad.

Yo estaba terminando de hacer un bizcocho, con un mandil muy mono que me había regalado L. En ese momento llevaba todo el pelo despeinado y lleno de harina, así que mi amiga decidió que era el momento propicio para presentarme a A.

Cuando me di la vuelta y le vi, me quedé parada mirando hacia él. Lo único que pude hacer fue sonreír. Era mi vecino. Sabía que me sonaba de algo. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-Soy A, encantado.

Le di dos besos, y justo cuando nuestras caras se alejaban, me susurró al oído:

-Tenía muchas ganas de conocerte, y esta vez no hemos chocado.

Sonreí y me di cuenta en ese momento que nos llevaríamos muy bien...

lunes, 23 de septiembre de 2013

PARTE 135.PENA, SORPRESA Y HORROR



...Ahí estaba L, mirándome con una mirada desconocida para mi. No pude identificar lo que sus ojos escondían hasta pasados unos segundos. Entonces caí en la cuenta. En sus ojos había pena, sorpresa y horror.

Pena, por darse cuenta de lo mal que me encontraba, sorpresa y horror por lo escuálida y la mala pinta que yo tenía.

No supe cómo reaccionar, solo se que todo pasó demasiado rápido. Salí corriendo de la cabina, y crucé la calle. Fue un milagro que no me atropellara ningún coche. Solo se que corrí tan rápido como pude.

Me metí en una gran tienda que había cerca de mi oficina. Escondida entre dos grandes perchas vi a L seguir calle abajo buscándome.

Salí corriendo de la tienda para llegar a mi oficina, no sin antes chocarme con un chico que me sonaba de algo. Me disculpé, no sin antes quedarme parada con la boca abierta admirando su belleza. Estúpida, pensé, no sales de una y ya quieres meterte en otra. Después proseguí mi camino hasta la oficina, cuando llegué, gran parte de mis compañeros se me quedaron mirando.

Dos chicas con las que mantenía una relación cordial en el trabajo se acercaron preocupadas a mi. Yo les conté un breve resumen de lo que había pasado, y ellas me acompañaron a la calle a parar un taxi para que me pudiera ir a casa.

Media hora después, entraba por el portal de casa medio sollozando cuando me choqué con alguien. Como no, todo lo que llevaba en mis manos, incluido el contenido de mi bolso se desparramó por el suelo. Me agaché rápidamente a coger todo, y ese alguien que chocó conmigo se agachó a ayudarme.

-Disculpa- Dijo entre risas.

Al levantar la mirada comprobé, como no, que el adonis que se chocó conmigo cuando escapaba de L era mi nuevo vecino.

-No pasa nada- , dije mientras terminaba de recoger todas mis cosas del suelo y me ponía de pie.

Y salí corriendo escaleras arriba...

PARTE134.M...¿ERES TU?






...Salí corriendo de la cafetería y corrí a una cabina (como no, me había olvidado el móvil en casa), y marqué el numero de móvil de L. Sabía lo que tenía que decirle para que volviera conmigo, para que no se alejara del todo de mi. Para que volviera a mi lado.

Después de sonar tres veces la señal, una voz masculina que conocía demasiado bien respondió. La voz de L sonaba igual que siempre, incluso más sexy de lo normal.

-¿Hola? ¿Quién es?

-...

-¿M... Eres tú?

Me quedé petrificada, agarrada al teléfono, mientras las lágrimas comenzaban a descender por mis mejillas.

Dejé escapar un sollozo involuntario que me quemaba la garganta. -Oh no... M...

En ese momento sonó por la línea la voz de alguien gritando algo de publicidad. L estaba en la calle, el problema era que yo también había escuchado ese mismo sonido en directo. Fue entonces cuando alcé la vista y le vi...

PARTE 133.CHIARA






...Llego a la oficina, que comparto con siete personas más. Son algo así como la única vida social que tengo.

Me dedico a realizar mi trabajo sin entablar mucha conversación con el resto de la gente que me rodea. A la hora de comer bajo a una cafetería cercana a la oficina. Pido un café, y lo bebo sin saborearlo. Espero la media hora restante que queda para volver a la oficina leyendo el periódico a través del iPad.

Hago lo mismo que todos los días: Busco el rastro de L. Cualquier cosa, su nombre. Solo una mención. Algo que me de pie a pensar en él de nuevo. A imaginarme que está pensando en mí. Cualquier cosa posible que me haga sentir en el estómago mariposas.

Estaba tocada, pero no hundida.

Mis amigas y amigos hace tiempo que me dijeron que me olvidara de él. Que no iba a darme la relación que yo necesitaba. Que siempre se terminaba cuando L quería.

Tenían razón, odiaba aceptarlo, pero tenían razón. Estaba enganchada a L como si de una droga se tratase.

Seguía divagando sobre L cuando algo me llamó la atención en la pantalla del iPad. Era la página de cotilleos sobre las fortunas de la ciudad:

"Compromiso de joven heredero neoyorquino con Chiara , enfermera del hospital privado de Massachussets"

Pero que coño?!?!?!
Ahora si, estaba tocada y hundida...

PARTE 132.ESCONDIDA




... Han pasado dos meses. Dos meses desde que me fui. Desde que desaparecí. Desde que ya no estoy ante los ojos de nadie a parte de mis compañeros de trabajo y mi familia. He adelgazado mucho, por lo que ahora parezco una chica debilucha de 22 años que está sola. Mi nuevo piso esta en Brooklyn. Pero lejos de todos. Nadie sabe donde vivo ahora.

Y cuando digo a nadie me refiero a T, L y sus amigos.

L me ha olvidado definitivamente. Su excusa era mantenerme lejos para que no sufriera. Yo tenía la esperanza de que cuando volviera a NY vendría a por mi. Tenía la esperanza de que volveríamos juntos. Pero no ha sido así. Se que él está aquí, en NY. Le he visto en los periódicos locales.

No he visto a T desde aquel día en la azotea. Aquel día en el que me enteré que L estaba con otra.

Pero vayamos por partes. Abro el diario que he estado escribiendo estos meses. Leo la página que escribí el día que estuve con T en la azotea, un texto que había leído en un blog. Lo había escrito ese día . El día que nos despedimos. El día que discutimos y nos echamos respectivamente de nuestras vidas. El texto decía:

"Así mismo es la vida después de una despedida. No sabría explicarme, pero sé que tengo razón. Y pasarán los meses, otoño vestirá de marrón los parques, y la lluvia caerá sobre todas esas veces que nunca lo intentamos; borrará los caminos por donde pasamos, los atajos que cogía para llegar a tu casa antes de que empezase a echarte demasiado en falta. Pasará el tiempo y todo lo demás. Olvidar no sé si olvidaremos, lo único que sé es que, en algún momento, podremos empezar a recordar a alguien como si tú y yo nunca hubiésemos sido nosotros. Será como hacer una mudanza en la que, en lugar de muebles, nos mudamos el uno al otro de nuestras mentes. Y ya no nos doleremos. Ya no"

Así que en lo que a T se refiere no" nos dolemos". Ya no me duele pensar en él. Nos dimos un beso. Un beso buscado por él. Yo no podía. Simplemente no podía. Solo podía pensar en L en ese momento. Así que la discusión que tuvimos fue algo apoteósico.

Pero ahora ya da igual, han pasado dos meses, y ya no me duele pensar en ello.

Me asomo a la ventana y veo pasar a la gente por la calle. "Es hora de ser persona de nuevo", pienso. Entonces me doy la vuelta, me visto y salgo a la calle.

viernes, 14 de junio de 2013

PARTE 131.AZOTEA



... Al día siguiente, me levanté del colchón que había tirado en el salón, tomé una aspirina y deshice las maletas. Colgué toda la ropa y monté alguno de los muebles. Quería pintar de blanco las paredes, pero ya tendría tiempo para hacerlo.

Me puse un vestido de flores y unas sandalias planas muy cómodas. Saqué de la maleta las gafas de sol de L. Tendría que devolvérselas, pensé. Pero me las puse y salí a la calle.

Antes de quedar con T, fui a hacer una copia de la llave.

Media hora más tarde, los dos estábamos comiendo en un pequeño brunch cerca de Central Park.

Hablamos de todo un poco, de exámenes, del futuro (a T le habían contratado en una empresa muy parecida a la mía), pero en cuanto T habló de L, miré para otro lado.

-M, vas a tener que explicarme que ha pasado con L. No voy a intentar nada contigo, no puedo luchar más por ti. Así que seremos amigos. Lo prometo. Pero quiero ayudarte, y hace un mes te ibas de NY, enamoradísima de L, y ahora llegas a NY, tu sola, y no vas a casa de L, sino que alquilas un piso. Te hablo de L y cambias de tema, o miras para otro lado, y tus ojos pierden ese brillo que siempre tenían, y dejan de ser los dos zafiros que tanto me gustan.

Miré a T de nuevo. Tenía que contárselo, pero no me apetecía nada.

-Vamos a mi casa anda, me tienes que ayudar con algunos muebles. -Dije.

T pagó la cuenta y caminamos hasta mi casa.

Cuando llegamos, le pregunté por la azotea. Al alquilar el piso no sabía nada de su existencia. T me acompañó hasta la ventana del salón.

-Sube por la escalera de incendios. Ya verás.

T me acompañó por la escalera de incendios, él subió primero para ayudarme. Y cuando llegué arriba, vi algo que me encantó. Se veían las demás azoteas de alrededor mío, y allí a lo lejos, el Empire State.

-Esto es perfecto.

En la azotea había una mesa con varias sillas.

-Siéntate,- dije.- Te lo voy a contar todo...

jueves, 13 de junio de 2013

PARTE 130.LIBRETA





...Me desperté en el colchón que minutos antes había intentado subir por las escaleras. Abrí los ojos y busqué a T. Creía que era un sueño. Hice el amago de levantarme pero un dolor en la cabeza hizo que me volviera a tumbar.

-Estrenando bien las escaleras de tu nueva casa , ¿eh?

-¿Cómo sabías que llegaba hoy? -Pregunté.

-Tu casera es la madre de una amiga de mi clase. Como habló contigo por skype, sabía quien eras y me contó que ibas a llegar hoy, te conocía de la última vez que viniste.

-¿Cómo conseguiste subirlo? -Pregunté, dando un golpecito con la mano en el colchón.

-Pues llamé a dos amigos es que eres una bruta, ¿cómo se te ocurre? Tu sola tratando de subir un colchón de 2x2. Me tendrías que haber llamado.

-No quería que supieras que había llegado- le dije a T en un suspiro.

T me miró, y noté una expresión de duda y miedo en sus ojos.

-Ya te contaré mas tarde, ahora solo quiero dormir.

-Ha venido un amigo que es médico. No tienes herida. El golpe no ha sido muy fuerte. Te has desmayado del calor, de la impresión y del cansancio. Nada más. Ahora duerme. Mañana vendré a recogerte y tomaremos el brunch por ahí. Tienes muchas cosas que contarme, me parece a mi.

-Mañana, si.

-Te he traído un regalito para tu casa. -Y sacó una diario en blanco. Un regalo muy cutre, pero viniendo de T, era todo un regalazo.- Para que apuntes todo lo que te pasa en NY.

Me reí internamente, me había dado la libreta como si fuera un detalle sin importancia, pero ambos sabíamos que era importante, T me había enseñado en su día que apuntar las cosas en el diario ayudaba a "pasar página".

-Gracias, -le dije.

-Mañana te paso a buscar sobre las 12. Y no subas con ese mareo a la azotea anda.

¿Azotea? Pero cuando miré hacia la puerta, pero T ya no estaba...

PARTE 129.ESCALERAS




...Quince días más tarde, estaba en NY de Nuevo. Había alquilado un apartamento, más pequeño que el de Paris. Estaba cerca de casa de L y no muy lejos de la de T. Mi casa estaba justo en medio de ambas. Tenia muy buen olfato para estas cosas...

Esta vez me bajé del vuelo, y no tenía nadie a quien llamar. Ni quería ver a T aún. Necesitaba tiempo.

Había pensado en L durante todo el viaje. No sabía que hacer, quedaban 4 meses para que empezara a trabajar, pero quería ir pasar ese tiempo en NY. Mandé al taxista a la dirección que había apuntado en mi libreta de direcciones. Y llamé por teléfono a la chica que me alquilaba la casa.

Cuando me bajé del taxi, ella estaba allí esperándome. Me dijo unas cuantas cosas sobre la casa, y me dio las llaves.

Subí las escaleras, el loft estaba en el último piso, un cuarto. No tenía ascensor, pero por ese precio, no podía quejarme.

Al abrir la puerta me quedé maravillada, la luz del día inundaba todo el loft. Era pequeño, muy pequeño, pero una vez limpio y decorado, sería perfecto para mi.

Tenía un cuarto principal, con un baño (con bañera!!) y una pequeña cocina. El salón tenía una gran ventana, muy cerca de ella, unas pequeñas escaleras que daban a una altura donde estaba la cama.

El alquiler era más bajo que el de Londres, así que estaba muy contenta.

Dejé las maletas, y salí a comprar algunos muebles. Cambié en mi móvil la tarjeta para poder utilizarla en NY.

Compré un perchero para la ropa, encargué una cama grande, una gran estantería y algunos accesorios de cocina.

Cuando llegué a casa, subí todo lo que pude, pero no era lo suficientemente fuerte para subir la cama, ya que dos trabajadores de la tienda me la habían dejado en el portal.

Necesitaba a alguien que me ayudara con las cosas, pero la única persona que conocía en NY a parte de la familia y amigos de L, era a T. Pero no quería llamarle aún. Tenía unas ganas enormes de verlo, pero tenía miedo a contarle todo lo que había pasado.

Así que subí las escaleras y terminé de subir todo, menos la cama.

Llevaba puesto unos vaqueros muy apretados que me sentaban muy bien, una camiseta corta, que dejaba al aire mi ombligo, y unos playeros que L me había regalado.

Cuando intenté coger el colchón, pude subirlo hasta el sexto escalón, pero no pude más, lo encajé en la escalera de manera que pudiera dejarlo un momento ahí. Fue entonces cuando escuché a alguien decir mi nombre desde la puerta, T estaba allí. Del susto, tiré del colchón, que rodó escaleras abajo conmigo, y todo se volvió negro...






miércoles, 12 de junio de 2013

PARTE 128.LO HABÍA LEÍDO



... Volvía a casa de la facultad, el examen me había salido muy muy bien. Pero no, no estaba contenta precisamente.

Me dirigí al banco para ver el estado de mi cuenta. Tenía que ver si me habían ingresado el sueldo. Cual fue mi asombro cuando descubrí cinco mil euros de más en mi cuenta.

-¿Qué es esto? - Le pregunté al oficinista de mi banco.

-Fue una transferencia bancaria ayer por la noche por teléfono.

L pensé. ¿Pero que se creía que era yo? Terminé de hacer todos los recados y me fui muy cabreada a su casa. Encendí el ordenador, y reservé un vuelo para irme a casa, a ver a mi familia. También saqué un billete de avión a NY para dentro de quince días.

Subí las escaleras, abrí las dos maletas que tenía en casa y metí todas mis cosas. Me llevé algunas de L, como su gabardina, y unos vaqueros de Levis desgastados.

Marqué el numéro de Danielle, tenía un amigo que trabajaba en una empresa de envíos de paquetes. A la media hora de colgar, se presentaron Danielle y un amigo, empaquetaron todas mis cosas, las metieron en cajas de cartón, y se fueron.

Mis diarios seguían en la estantería. No los quería mover de allí, pero los cogí todos, y los metí en la maleta.

Resultado: dos maletas, cuatro bolsas y un corazón roto.

Recorrí la casa mirando a ver si me dejaba algo. En su mesita de noche, había un cajón medio abierto. Cuando lo abrí, me quedé fría al ver que era uno de mis diarios. ¡L los había leído! Tenía un marcador puesto en la hoja en la que yo hablaba de la enfermedad de un familiar. La cosa fue que mi tío enfermó y mi familia no pudo pagar los costes de un caro tratamiento en EEUU. La enfermedad se lo llevó muy pronto. Había sido el peor mal trago de mi vida.

Al reeler la página del diario, lo entendí todo. "No podría volver a pasar por eso en mi vida. No podría si quiera ayudar y apoyar a mi mejor amigo. No podría ver como la vida de alguien se escapa de las manos y no poder hacer nada. Antes me moriría"

... L lo había leído. Se había dado cuenta de todo por lo que yo había pasado. Se había dado cuenta de que me haría mucho daño el irme con él. Pero no era sí. Había escrito esa página del diario un año antes de irme a París: Había pasado mucho tiempo desde entonces, y yo había madurado mucho.

L me había hechado de su vida para protegerme, porque me quería, marqué su número. Pero colgó el teléfono.

Me ceñí al plan. Me iría a España, a casa, ya tendría tiempo para pensar qué hacer...


martes, 11 de junio de 2013

PARTE 127.UNA ULTIMA CARTA



...Llegué a casa de L. Mi (hasta ahora) casa. Subí las escaleras, entré en nuestro cuarto, cogí mi pijama. Y antes de salir y cerrar la puerta eché un vistazo a las cosas de L. Sabía que no volvería a ver esa estampa nunca más.

Esa noche me fui al cuarto donde yo solía dormir cuando llegué a esa casa a cuidar de él. Cerré la puerta y me metí en la cama. Una vez debajo de las sabanas lloré. Pero sorprendentemente no lloré mucho. Me estaba acostumbrando a que me rompieran en mil pedazos. Me reí internamente.

...

A la mañana siguiente, me desperté con un dolor que me destruía por dentro. Presentía que algo había cambiado. Y así fue. Cuando entré al cuarto de L pude ver que la mayor parte de sus cosas no estaban, y sus maletas no estaban en su sitio.

Encima de la cama había un sobre. Era un sobre de color blanco, con sus iniciales marcadas en azul marino.

"Para M", decía. La última carta, pensé yo.

Con los ojos mojados en lágrimas, cogí la carta, bajé al salón y me senté en el sofá. La abrí, pero no tuve valor para sacar la hoja que contenía. No necesitaba explicaciones de ningún tipo. No era nada para él.

Deje la carta encima de la repisa de la chimenea. Subí al piso de arriba, me di una ducha, y comencé a repasar mi último examen.

Lo único que podía hacer ahora era luchar por mi misma. Y tendría tiempo al día siguiente de afrontar los problemas que acababan de volver a mi vida...

PARTE 126.¿EL MOMENTO PERFECTO?



... ¿Qué estaba pasando? No podía entender nada. L y yo estábamos bien. Muy bien. No podía entender porqué me echaba así de su vida. Y más en este momento. En el que lo que más necesitaba era un apoyo.

-L... ¿porqué no puedo ir contigo?

L miró su teléfono móvil.

-M, tengo hacer una llamada, vuelvo en cinco minutos.

Y L salió fuera. Esta vez, raro para mi, no lloré. Estaba en estado de shock. Me había imaginado que L me iba a decir  cualquier cosa menos eso. Cuando regresó después de hacer la llamada, se sentó más lejos de mi que antes.  Me miró a los ojos, pero apartó rápido la mirada. Miró hacia su vaso, y comenzó a darle vueltas.

-M, tengo que ir solo. Y tu no puedes venir, tienes que seguir con tu vida.- Y volvió a mirarme a los ojos, pero volvió a quitar la mirada.

-Pero, ¿qué he hecho? No lo entiendo. -Dije.

-No has hecho nada. Es una decisión que he tomado. Me he dado cuenta de que no te quiero como antes. Y tenía que terminar con esto. Y he encontrado el momento perfecto.

Los labios de L decían una cosa, pero sus ojos decían otra cosa completamente diferente. En la cena habíamos hablado del pasado, de nuestro pasado juntos, y L me quería. Más que antes, eso era seguro.

-No te creo. -Dije.

-Puedes quedarte en casa el tiempo que quieras, cuando yo vuelva a recogerlo todo habrá pasado mucho tiempo.

-Estás intentando hacerme daño, para que sea más fácil para mi olvidarme de ti. Pero no lo vas a conseguir.

La cara de L se descompuso. Pero de repente, hizo algo que nunca había hecho hasta ese momento.

-M, ¡quiero que me dejes en paz! ¡Quiero estar solo! Vete de  mi vida. Te ofrezco mi casa hasta que tengas de irte a NY. No hay nada más que explicar.- Me gritó L.

Me quedé pálida. Mirando para él. Dandome cuenta de lo poco que le conocía.

Saqué la cartera, dejé veinte libras en la mesa y dije:

-Para las copas.

Y me fui. Salí corriendo del bar. No miré atrás. La lluvia era más fuerte que antes. Tenía puesta la gabardina de L. Me dio igual. En aquel momento mi perfecto (mejor dicho casi perfecto)  mundo se había roto en pedazos. Otra vez.

Me paré en seco en mitad de la calle. Miré atrás. Miré al frente. Tenía que ser fuerte, ya había aprendido que debajo del roto del papel en blanco que era mi vida, solo me esperaban brillantes constelaciones de colores.

Vamos, o al menos eso creía...


lunes, 10 de junio de 2013

PARTE 125.¿QUÉ PASA?

... Salimos del restaurante y nos pusimos a caminar. Ninguno de los dos dijimos nada. Yo esperaba a que L hablara.

-Cojamos un taxi, - dije. - Está lloviendo mucho.

-No, -dijo,- tengo que enseñarte algo.

Los dos seguimos en silencio, L se quitó su gabardina y me tapó con ella. Estaba calada hasta los huesos. Y tenía miedo, mucho miedo, al no saber que me esperaba al final del camino.

Caminamos durante 15 minutos, hasta que llegamos al bar al que L y yo siempre íbamos.

-L. ¿Qué está pasando?

-Necesito que nos sentemos, tomemos una copa.

-Pero que está pasando, es lo único que quiero saber. L. Dime que pasa.

L se levantó a la barra, habló con Joe, el camarero, y éste le dio una carpeta negra.

La abrí, y estaba llena de papeles de hospital.

Me asusté, y le miré con cara de horror. A L se le llenaron los ojos de lágrimas.

-M, me tengo que ir un tiempo, a Massachusetts, con mis padres. Se trata de mi madre, está mala, muy mala, y me necesitan allí.

-Oh L! Te acompañaré, terminaremos pasado mañana nuestro último examen. Iré contigo. Estaré a tu lado. -Comencé a llorar del agobio que se apoderó de mi cuerpo. -Vamos a casa.

-No M. Voy a ir solo a EEUU...


jueves, 6 de junio de 2013

PARTE 124.ELECTRICIDAD



... Había pasado una semana desde la llegada de L, y le notaba un poco distante. Solíamos pasar todo el día estudiando, nos quedaban 3 exámenes. Y seríamos libres. Libre para desconectar, dejar lejos Londres y viajar. Yo estaba trabajando en una pequeña empresa, en la parte de imagen, y eso me quitaba muchísimo tiempo para estudiar y para L. Pero aún así me permitía conseguir un poco de dinero para pagarme el viaje de verano.

Estábamos sentados en nuestro restaurante marroquí favorito comiendo cuscús con las manos, tal como T me había enseñado mucho tiempo atrás, después de un viaje que había hecho a Marruecos.

Estábamos hablando de todo, pero L estaba callado, mirándome a los labios mientras yo hablaba. Algo pasaba, pero no sabía el que. Ni siquiera lo intuía. Yo estaba contando algo gracioso pero el solo podía mirarme a los labios

Entonces L dijo:

-¿Recuerdas una tarde lluvia que pasamos juntos?

-No- Respondí.

-Fue antes de que me dieras tu primer beso. Estábamos tomando un cafe en la Rue Rivoli, cerca de casa. Habíamos coincidido en la panadería, y te invité a merendar, mas bien a hacer merienda cena. Me acuerdo que fue la primera vez que te vi sonreír. Tenías una de esas sonrisas que se ven pocas veces a lo largo de la vida, una o dos veces a lo sumo- L se quedó callado y clavó sus ojos en mi. L prosiguió: -Era una tarde lluviosa ¿eh?

-Si, ahora recuerdo, de tormenta. Estaba asustada. Estaba en casa asustada, no tenía a nadie en París a quien llamar.  Tenía miedo. Cuando después volvimos a casa, entré en la mía y al encender una lámpara me dio un calambre. - Me reí recordando esa escena.- Tu, como buen caballero, corriste a mi auxilio y te sentaste conmigo en el sofá hasta que la tormenta pasó, para que el miedo se fuera lejos de mi.

-Ni siquiera te quejaste, fuiste muy valiente.

-No, en ese momento te temía más a ti que a la electricidad. Eras el hombre solitario recién llegado desde sabe Dios que confín del mundo, que había venido para acompañarme en las tormentas.

L sonrió y volvió a ser de repente el mismo. Mis miedos se esfumaron.

-Salgamos de aquí,- me dijo.

L pagó la cuenta y volvimos a casa dando un largo paseo. Me abrazó fuerte y me besó la frente.

-Tengo algo que contarte.

Y entonces, un rayo cruzó el cielo, y comenzó a llover...

sábado, 11 de mayo de 2013

PARTE 123.COCHE



... No se que me estaba pasando, me sentía cansada, no tenía un objetivo claro en mi vida más que aprobar exámenes...

L se había ido con unos amigos a Escocia por unos días. Y yo le echaba de menos tanto que me dolía el corazón. Me llamaba una vez al día, para contarme todo lo que había hecho. Yo mientras estaba terminando de mover todas mis cosas a su casa de Londres, ya que las tenía en casa de Danielle, y L me había hecho un sitio en el salón para dejar mis libros y mis diarios.

Cuando saqué los diarios de la polvorienta caja, releí todo lo que había vivido en estos 3 últimos años. Eché de menos estar en mi playa con T, pero cuando pasé al diario de L...

¡Qué suerte había tenido! Todo lo que había vivido se convirtió de repente en un sueño, y las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas.

Cuando coloqué el último diario, miré el reloj, L llegaría en 4 horas, justo para cenar. Así que cogí las llaves y dinero, y me fui volando al supermercado para hacerle algo especial.

Horas después, había dejado todo preparado en la cocina y había puesto la mesa en la terraza. Corrí a la calle, y me metí en el descapotable rojo de L. Conduje al aeropuerto, y cuando llegué, comprobé en la pantalla que su avión ya había llegado. Corrí a la puerta por donde L iba a salir.

Pasados cinco minutos, la puerta se abrió, y ahí estaba L. Tan esplendoroso como siempre. Unas niñas de unos 17 años que había a mi lado, (y bastante más atractivas que yo) le sonrieron. Pero L solo tenía ojos para mi.

Soltó la maleta, que cayó al suelo con un sonido seco, me cogió en sus brazos, me abrazo fuerte y me besó, haciendo que yo levantara los pies del suelo.

Las niñitas que nos miraban, se quedaron pálidas. Y cuando L y yo nos fuimos pude oír como comentaban algo de los dos.

Salimos fuera del aeropuerto, y me metí en el asiento del piloto del coche.

-Subase, señorito L, tengo una sorpresa para usted en casa.

-Que bien suena... en casa, en nuestra casa.

Y sin más, se sentó en el asiento del copiloto mientras sonreía. Me besó, y después, arranqué el coche...

martes, 7 de mayo de 2013

PARTE 122.LO POCO GUSTA Y LO MUCHO CANSA



... Habíamos pasado tres días en mi España, mis padres habían congeniado con L muy rápido, pero ya era hora de volver a Londres, hacer los exámenes y buscar un buen plan para verano.

En el avión de vuelta, L y yo estábamos sentados en el avión, recordando los momentos vividos en mi lugar de origen.

No dijimos nada en todo el viaje, pero una vez en casa L dijo:

-Me han caído muy bien todos, -dijo,-pero quieren mucho a T. Y a J... J... ese es el chico con el que salías antes de ir a París ¿no?

J... pensé, madre mia, había pasado tanto tiempo...

-Tu madre me dijo que J se iba a Londres. A estudiar el último cuatrimestre. ¿No quedarás con él, verdad?

-Claro que no, la última vez que le vi intentó besarme por la fuerza. Fue... y entonces me di cuenta de porqué había estado en mi casa... Había escapado de París. De L...

-¿Cómo era J contigo?-Me preguntó L al darse cuenta de por qué me había quedado callada.

Reflexioné la respuesta durante un minuto. Cuando pensaba en J se entremezclaban muchos sentimientos. Por una parte sentía asco, o mejor dicho rencor. Pero por otra, echaba de menos el amor de niños que sentía hacia mi.

-Podía estar con muchas chicas, algunas de ellas mis "amigas", pero aún así no se que conexión me unía a J. ¿Su problema? Era fácil. Para J:  LO POCO GUSTA Y LO MUCHO CANSA. Así fue con nosotros. Discusión tras discusión. J dejó de ser la maravillosa persona que yo conocía desde el colegio. Comenzó a comportarse como un impresentable con todo el mundo. Pero conmigo se comportaba como el mejor de los amigos, el mejor de los novios. Yo sabía, más bien intuía, como se comportaba con el resto de la gente, qué hacía. Y también notaba que mi mejor amiga tenía algo raro con el. Pero prefería hacerme la ciega, y no ver nada. Cuando todo se supo, yo escapé, pedí mi beca, y el mes siguiente llegué a París. Allí me uní de nuevo con T. Y también te conocí. En realidad le debo mucho a J. Le debo mi yo de ahora. Esa vida que siempre quise.

L se quedó pensativo, y luego me dijo.

-Oye M, ¿que va a pasar con T? ¿Qué vas a hacer cuando vuelvas a NY? A quién quieres más, ¿a T o a mi? No hago más que pensar en cómo tu familia hablaba de T y tú. No quiero perderte, claro que no, pero me da miedo que T en algún momento vuelva a ti como algo más...

-L-dije- no te preocupes por nada. Te quiero. Estudiemos, tenemos que aprobar. E irnos lejos. ¿Te parece?

L no parecía muy convencido. Entonces dijo algo que cambió mi forma de ver mi vida pasada

-M, pero como no me voy a preocupar, si T, J y yo te queremos con locura.

Toda mi vida se convirtió en una línea temporal en la que solo había recuerdos lejanos. Me había olvidado de todo lo querida que me había sentido. Ahora L estaba a mi lado. Peor J y T también estaban. Eso no significaba que tuviera que elegir entre unos de los 3. Simplemente tenía que grabarme en mi cabeza lo que ya estaba grabado en el fondo de mi corazón: "A lo largo de mi vida, había tenido la suerte de ser querida, amada, sin condiciones ni reservas, y eso, era el mayor de los regalos que la vida me había dado..."




jueves, 2 de mayo de 2013

PARTE 121.VAMOS

...Entré por la puerta del piso de L secándose las lágrimas. L estaba allí, y T no tardó en aparecer.

-Acabo de estar con Anna, y quería pediros perdón a los dos. Por todo lo que os he hecho. No he jugado por vosotros, eso lo puedo decir, al contrario que Anna. Me voy a ir un tiempo. A mi casa, a pensar, necesito estar con los míos, ver a mis amigas, descansar de todo esto.

L se quedó pálido. En realidad no se merecía nada de esto.

-Te acompañaré...- me dijo L. Si, pensé, será mejor que venga conmigo.

-L, te quiero, muchísimo, esto no es un pensar a quien elijo de los dos. Te elijo a ti, estoy contigo - Miré a T y proseguí.- T, sabes lo que siento por ti. Y sabes que lo que vivimos se merece algo más que un final como el que tuvimos. Pero L me dio paz en tiempos de guerra. Y le adoro. Así que me voy a casa unos días a desconectar, pero volveré, y vendré a verte T, lo prometo, Estaré aquí para lo que quieras. Pero ahora me iré a casa, con L.

L me miró y dijo:

-Yo, creía, yo...

-Es mejor que no vaya sola. Es mejor que vayamos juntos. ¿No?. Que conozcas mi ambiente. Me conozcas mejor, ayudame a hacer las maletas, por favor.

Los tres nos levantamos, L y T se dieron la mano. Y L se fue a su cuarto a hacer las maletas. Yo acompañé a T hasta la puerta de casa.

-Supongo que esto es un hasta luego , ¿no?

-Si, -le respondí.- Nos veremos pronto T.

-Te quiero muchísimo, pero eso ya lo sabes.

-Lo se, pero no es suficiente. -Dije.

T se acercó y me besó la frente.

-Hasta pronto M...

-Hasta pronto T...

miércoles, 1 de mayo de 2013

PARTE 120.¿ESTÁS DE BROMA NO?



...-Quiero que me expliques que te pasa, que tienes contra mi. Qué te he hecho para que me trates como si fuera tu enemigo. Primero me quitaste a L, lo intentaste al menos. Y cuando me doy la vuelta, me quitas a T.

-Simplemente me gustan, y siento decirte que fuiste tu la persona que se llevó a L de mi lado.

-¿Estás de broma no? L escapó de NY por tu culpa, le destrozaste, y se fue a París buscando algo nuevo, un cambio de vida. Y en cuanto te enteraste de que yo estaba con el, te entrometiste. Dime la verdad. ¿Pasó algo cuando él y yo estábamos juntos?

Anna se quedó pensando un momento. después dijo:

-No. No pasó nada, lo dije para separaros, yo no era nada ni nadie en NY sin él, y tendría que empezar de cero.

Me enfadé tanto que casi le tiro el café ardiendo a la cara.

-Eres una zorra sin escrúpulos, y quiero que sepas que estarás sola. En lo que a L y T se refiere, eres aire. No te quieren. Ninguno de los dos. Así que alejare de ellos.

La cara de Anna se encendió, y dijo:

-No te permito que me hables así y y menos tratándose de T. L ya está fuera de mi vida, y se que no quiere nada de mi, Phillip me lo dejo muy claro. Pero T... Cuando te fuiste de NY dejando a T aquí... fui su apoyo, porque cambió, dejó de ser él. Y tu escapaste de aquí sin mirar atrás. Me utilizaste para poder volver con J y no sentirte culpable. No son de tu propiedad. Y aunque no quiera a T, estaré con el.

-Me voy, es todo cuanto quería saber: Eres una trepadora sin escrúpulos, y aunque tu no te lo creas, te quedarás sola. Tan sola, que te dolerá. Y así sentirás lo que L, T y yo sentimos por tu culpa.

Me puse de pie, dejando sobre la mesa tres dólares.

Estaba contenta, sabía que T y L me querían, pero me sentí muy culpable. Y camino de casa de L, las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.

”Por mucho que te esfuerces, por buenas que sean tus intenciones. Cometerás errores, harás daño, te lo harán a ti y si quieres recuperarte sólo puedes decir una cosa: te perdono. Perdonar y olvidar, es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hiere deseamos herirle. Cuando alguien nos trata mal queremos tener razón. Sin perdón las cuentas pendientes no se saldan, las viejas heridas no cicatrizan. Lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.” 

Así que caminé mas rápido, necesitaba hablar con  L y con T. Debía perdonar, pero también debía pedir perdón...

PARTE 119.ANNA



... L empezó a hablar. Y yo le escuché muy atentamente. Anna les había invitado a tomar una copa al salir de la comisaría. Pero L y T rechazaron su oferta y me buscaron por todo NY.  Pasadas unas horas, empezaron a preocuparse seriamente, y cuando ya estaban a punto de acudir a la policía, recibieron la llamada de teléfono desde mi móvil.

Habían ido al bar a por mi, y me habían llevado a casa de L, ya que estaba más cerca del bar.

Estaba muy enfadada, por lo que habían hecho, y triste porque Anna se había metido en mi vida como si nada. Había estropeado mi relación con ambos.

Cuando L terminó de hablar, me quedé callada y no dije nada.

Ambos me pidieron perdón, pero me dio igual. No dije nada, me levanté saqué algo de ropa y me metí en el baño. Quince minutos después, salí del baño con el pelo seco, unos vaqueros cortos, unos playeros y una camiseta blanca, fui directa al armario y saqué una sudadera de L. Me puse la sudadera, cogí las llaves y me acerqué a la puerta para irme, pero antes de salir, me di la vuelta, les miré y les dije:

-Me voy. Sola a dar un paseo. Estoy muy enfadada con vosotros dos. Pero tranquilos, que si os aburrís podéis llamar a Anna, que seguro que os hace más caso y más felices que yo.

Y sin más, me di la vuelta y me fui. Saqué el teléfono y marqué el número que debería de haber marcado hace mucho tiempo.

-¿Anna? Soy M. Tenemos que vernos. Ahora. Estoy en la cafetería donde desayunaba con L cuando estuve en NY. Se que sabes cual es. No quiero excusas. Te espero, hasta luego.

No la dejé hablar. Colgué, y me dirigí a la cafetería. Pedí un café y esperé. Pude ver como Anna entraba y se sentaba en frente mio.

-¿Qué es lo que quieres de mi?- me preguntó.

martes, 30 de abril de 2013

PARTE 118.POR DÓNDE EMPEZAR



...Había gastado todo el dinero que me quedaba en copas. No tenía poder sobre mi, ya que el alcohol había hecho de las suyas. Eran las 9 de la noche. Y quería estar sola. No sabía qué hacer.

Me encontraba perdida. No me arrepentía de haber pagado la fianza, pero me hubiera gustado estar con ellos dos. Los tres, y dejar las cosas claras. Pero Anna tuvo que hacer su aparición estelar. Estaba cansada, muy cansada de ella.

Me apetecía estar allí el resto de mi vida. Compartiendo mis penas con el alcohol y con aquel camarero tan guapo que escuchaba mis penas.

Llego un momento en el que el agobio se apoderó de mi. No pude respirar. El camarero se asusto, y me preguntó a quien debería llamar para que me llevaran a casa.

-L o T...- dije casi a punto de desvanecerme.

...

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Estaba en casa de L. Y el  T me miraban, sentados en el salón de casa de L.

-¿Qué ha pasado?- pregunté.

T y L se miraron.

-Por dónde empezar,- dijo L...




lunes, 29 de abril de 2013

PARTE 117. ¿PERO QUE HABEIS HECHO?



... Me vestí rapido, baje a la calle corriendo y paré un  taxi. Al llegar a la comisaría, subi las escaleras, y le pregunté a un policía por T y L.

Me indicó como llegar a donde estaban ellos.

-¿Qué han hecho?- le pregunté.

-Alteración del orden público, se han pegado.

"Que mayores y que maduros", pensé. Subí las escaleras, y un policía me acompañó a la celda de detención que había en la comisaría. Por el camino me explicó:

-Si paga la fianza, ambos se irán de aquí sin cargos. La fianza es de 3000 dólares, si quiere que se vayan ahora, deberá pagarla, sino, necesitarán un abogado.

Calculé mentalmente el dinero que tenía en la cuenta bancaria. Si, seguro que 3000 euros los había.

-¿Puedo hacerlo ya? Y después iré a verlos.

-Muy bien señorita, sígame por aquí.

Diez minutos después me acerqué a la celda, a ver a L y a T. Me quedé bloqueada al ver la estampa. L tenía la mano vendada y una herida en el labio. Claramente T había salido perdiendo. Tenía el ojo amoratado. Y la mano tambien vendada.

La cara de T se iluminó al verme, L en cambio miró al suelo, muerto de la vergüenza.

-M... - dijo T.

L siguió sin mirarme ni decir nada.

-Os debería dar vergüenza, a los dos. Pegaros como dos niños.  Ya he pagado la fianza. Nos vamos. Los tres. Tenemos que hablar de esto.

En ese momento la cerda de Anna llegó corriendo con cara de susto a la celda.

"La que faltaba", pensé.

L y T se quedaron mirando a Anna, y después me miraron a mi. No supe como actuar, me quedé bloqueada. Miré a L que me sonrió, como para darme ánimos.

Después miré a  T. No miró para ella. Anna hizo un amago de saludarme, pero me fui, corrí al salir de comisaría. Los dejé a los tres dentro, que hicieran lo que quisieran. Fue cuando caí en la cuenta y entendí que no podíamos arreglar nada. Quería a los dos por igual, me habían hecho muchísimo daño, pero también me habían hecho muy feliz. Miré el bolso, tenía 35 dólares. Paré un taxi. Y escapé me fui lo más lejos posible. Paré a comprar tabaco, y a tomarme una copa. Eran las 5 de la tarde de un martes, pero ni si quiera se me hizo raro...

PARTE 116.COMISARÍA




... Marque rápidamente el número de L, y esperé... sin respuesta. Volví a marcar su número. No contestaba...

Así que opté por la otra opción. Llamé a T. Espere un momento. Y después respondió:

-¿Qué coño le has contado a L?- Me espetó.

-¿Qué ha pasado?- le pregunté.

-M, no te lo voy a repetir. 

-No me hables así, no voy a dejar que me hables así. Ayer L llegó a casa y me vio llorando, cogió mi móvil y leyó tus mensajes. Vio como me dejaste, y tomo la decisión de hacer algo. Ahora quiero saber que pasó.

-Puedes venir a buscarnos. 

-¿Qué? ¿Estais juntos?

-Eres mi llamada de la comisaría.

Oh mierda, en la comisaría...

domingo, 28 de abril de 2013

PARTE 115.MI SALVADOR



... Me desperté cuando L llegó a casa, pero volví a cerrar los ojos porque después de haber llorado me pesaban y solamente quería dormir. Pude escuchar como L se cercó al suelo y cogió mi móvil al entrar al cuarto. Saqué un poco de fuerza de mi interior y entreabrí mis ojos, vi como la cara de L cambiaba al leer los mensajes, y darse cuenta de todo lo que me estaba pasando. Las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas. No quería hacerle daño, pero estaba agobiada, necesitaba abrazarle y sentirle cerca.

Abrí los ojos del todo, y nos cruzamos las miradas.

-Pero cómo no me dijiste nada.... Podría haber hecho algo M...

-Por favor, abrázame. Solo abrazame, estoy muy muy cansada, y no quise contártelo porque no quería preocuparte...

Y comencé a llorar.

-M eheh, para para. No llores. Ya está, estoy aquí. Contigo. Te ayudaré. Duerme. Yo estaré aquí, a tu lado, no pasará nada...

Cuando me desperté la mañana siguiente, L no estaba.  Había dejado mi móvil en la mesita de noche. Tenía más mensajes de T. Abrí el último.

Mierda, L le había hecho una visita...

sábado, 27 de abril de 2013

PARTE 114.MORFEO



... Nunca había conocido una ciudad así. De esa manera. NY ofrecía mil planes que hacer. Y yo los hice todos con L. Un día recorrimos la ciudad buscando el mejor restaurante francés, para rememorar un poco de París.

-Tranquila M, yo te llevaré de nuevo a París.

....

Durante los 3 días siguientes, me llegaron más mensajes de T. El no entendía que yo no quería que se me acercara. Tenía  miedo de decírselo a L, porque no quería asustarle, y que le dijera nada a T. No quería que hubiera problemas.

Esa noche L y yo estábamos cenando en un restaurante vietnamita que también había en Londres. Saqué el móvil para mirar la hora. Tenía siete mensajes de T. Estaba empezando a cansarme, y a agobiarme también.

Después de cenar, nos fuimos a casa. Te había quedado con unos amigos, pero yo esta a muy cansada, así que puse una película y me quedé en casa.

....

El sonido del teléfono me despertó horas después, lo cogí y miré la pantalla: Era T.

-¿QUE QUIERES?- le grité.

-Te quiero a ti, M. Te echo tanto de menos que me duele el alma. Dejé de ser yo en cuanto te fuiste de mi lado. Y necesito que vuelvas, junto a mi. Necesitaba oír tu voz. Me reconforta y...

-Ya basta, -le corté- NO quiero que me hables, quiero que me dejes tranquila- comencé a llorar del agobio acumulado y el cansancio, casi no podía ni hablar.- Quiero que me dejes... tranquila. Estoy con alguien ahora y lo único que necesito para ser realmente feliz es que me dejes tranquila. Y... -tuve que colgar el teléfono porque no podía hablar.

Pasaron unos minutos, en los que mi teléfono no cesó de sonar. Había borrado todos los mensajes que T me había mandado esos días.

Recibí un mensaje nuevo que decía:

"Lo siento, no llores más, te dejaré en paz como me has pedido. Pero algún día volveré a por ti, te llevaré lejos. Quiero verte, y besar tus labios de nuevo"

Leí el mensaje y lancé el móvil contra la pared, pero no rompió.

Y dejé que Morfeo me abrazara, llevándome al estado del sueño, donde los problemas no existían...



viernes, 26 de abril de 2013

PARTE 113.MENSAJE



... La voz de T sonaba cálida, esperanzada:

"... M estoy en uno de mis sitios favoritos del mundo, rodeado de gente, cultura, arte, música... y lo único que ahora mismo me apetece es estar contigo, mostrarte todo lo que estoy conociendo, besar tus labios... Quizás algún día me dejes de nuevo..."

Me quedé callada, sin decir nada, y L se preocupó. Pero le dije que no era nada, que solo estaba cansada. Así que nos despedimos de su familia y nos fuimos a casa.

Por lo menos T no sabía que estaba en NY. "M centrare pensé" Esto no merece la pena...

PARTE 112.MILAGRO



... El reencuentro de L con su familia fue algo mágico, no se dijeron apenas nada. La familia era como una extensión de cada uno. Y cuando L me presentó, me sentí uno mas.
Los padres y los hermanos de T vivían en un ático con vistas a Central Park, era una familia adinerada, pero eso lo sabía, y no hacía otra cosa que alejarme de L.

Fuimos a una galería propiedad de los padres de L, donde había un artista que pintaba sobre un gran lienzo un autorretrato. Se movía rápido y sin dudar. Estaba pensando en qué sentiría en ese momento, para hacer un autorretrato tan oscuro pero fuerte.

Estaba sola, admirando lo que hacía, cuando L vi por el rabillo del ojo que L se acercaba a mi.

-El chico de Central Park, -dije.

-La princesa sin su vestido,- respondió L.

-Increíble, ¿verdad?- dije.- Todo artista tiene una historia, ¿sabes?

-¿Y cuál supones que es su historia?

... Me quedé pensando un momento, hasta que finalmente, dejé d e mirar a L, para mirar al artista, entonces dije:

-El está... enfadado, es oscuro. No se siente seguro y no sabe muy bien qué hacer al respecto. Yo creo que desearía controlar sus impulsos, sus demonios, en lugar de que ellos le controlen a él.

Pude notar como L se ponía tenso. Cuando le miré vi que las lágrimas se le agolpaban en los ojos. Pero miré de nuevo al frente y proseguí:

-Está... perdido. Solo... O quizá se siente triste esta noche, o haya bebido... Lo siento, cuando me concentro mucho en algo comienzo a divagar y...

-No. - Dijo L tajante y con lágrimas en los ojos. - Creo que tenías razón al principio. Está perdido, y aunque está rodeado de gente se siente solo. Pero la ayuda que necesita está junto a él.

En ese momento me di cuenta de que L se sentía identificado con mis palabras. Se disculpó y salió rápidamente de la galería. Yo le seguí.

Fuera hacía calor, y L estaba de pie, fumando un cigarrillo y con la mano en la frente, pensando.

-Olvidé lo mucho que me gusta esta ciudad.

-Yo no lo he hecho,- dije. - Todo lo que aquí has vivido...

L no dijo nada, así que le pregunté:

-¿En qué estás pensando?

-Toda mi vida he vivido aquí lleno de caprichos, de todo lo que quería. Cuando me fui a Paris escapando de mi horrible final con Anna, decidí que iba a dejar NY atrás. Para nunca más volver. Su traición me hizo mucho daño, me hizo sentir débil. Y odiaba esa sensación. Esta ciudad fue mi hogar, mi casa durante mucho tiempo. Y ahora nada es igual, todo ha cambiado. Pero te he ganado a ti. Hubo un tiempo en el que yo era el rey de esta ciudad. Era respetado y querido. Pero ahora, no tengo nada, excepto a ti. M, eres el mejor de los regalos que la vida me ha dado. Y estaré te agradecido eternamente por todo lo que estas haciendo por mi. TE QUIERO.

Miré a L y comprendí que el amor no era algo que se elige, que se busca , sino que es aquello que se encuentra en detalles tan pequeños como ese. Quería a L tanto que me dolía, y esperaba estar siempre junto a él.

....


En ese  mismo momento sonó mi móvil. Tenía un mensaje de voz, Al escucharlo me quedé fría, era la voz de T. Que querría esta vez...









jueves, 25 de abril de 2013

PARTE 111.VOLVER A EMPEZAR



...En el taxi de camino a casa de L, pude notar su nerviosismo. NY era su ciudad, su ambiente, y siempre estaba seguro allí. Pero ahora todo era diferente. L veía NY como  un enemigo. La última vez que había estado allí había pasado los peores momentos de su vida. Y yo había sido su ángel.

Cuando entramos en su piso, pude comprobar la vida que L llevaba en NY: fiestas caras, chicas y limusinas. Estaba todo desordenado, lleno de telas blancas tapando montones de libros y muebles. Me enseñó su cuarto. En el que solo había una cama y un armario. 

-Está todo desordenado, hace mucho tiempo que no vengo. Recogeré todo un poco, mientras tu bajas a hacer la compra. Bueno. Mejor, espera, que más da. ¿Me acompañas a ver a mi familia?- Me preguntó.

....Me quede helada,  nunca se me habían dado bien los padres, y aunque había conocido a los de L de vista. Tenía que aclimatarme primero un poco a la ciudad. 

Cuando me di cuenta de que todas esas emociones se veían reflejadas en mi cara, vi como L se había percatado de todo. De todo lo que sentía. Entonces yo entendí porqué estaba ahí, con el. Así que me recompuse rápidamente, y le pregunté de broma:

-Es que no tengo ropa de etiqueta.

L se rió, se acercó a mi y me dijo riendo:

-Reservate el traje de princesa para otro momento.

Me besó, y entonces supe que a su lado nunca pasaría nada malo, ni nada me iría mal.

....

De camino a casa de los padres de L pensé en todo el último año, todas las cosas que me habían pasado. Y me di cuenta de en realidad todo me había ayudado a crecer y madurar.

recordé una frase que la protagonista de mi serie favorita había dicho:

"¿Quién decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año... es un acontecimiento, grande o pequeño. Algo que nos cambia, que nos da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo. Para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos. Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar. Aunque también es importante recordar que entre todo lo malo siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse."


Así que eso es lo que hice, me aferré al ahora, al presente, agarré la mano de L y comprendí que podía contar con él, confiar en el. Porque sabía que no me iba a hacer daño, sino que, al contrario, cuidaría de mi, y me enseñaría a volver a empezar...

miércoles, 24 de abril de 2013

PARTE 110.MI CASA ES DONDE ESTAS TÚ.



...Eran las 8 de la tarde, y estábamos llegando al aeropuerto después de haber pasado por casa de Danielle a por los billetes.

Cuando llegamos a la puerta de embarque L supo a donde nos dirigíamos: a NY.

-M no, no quiero ir.

-L, tienes que ver a tu familia, te has encerrado en Londres desde que... -L se puso pálido- desde que pasó todo. Tus hermanos te necesitan, y tus padres también. Es hora de que me los presentes, quiero conocerlos, y pasaremos una semana en tu piso. He cogido las llaves. Todo está preparado, así que nos vamos.

.....

Unas horas más tarde, estábamos aterrizando en NY.

-Has llegado a casa, -dije.

-No M, mi casa es el lugar donde estés tu...

martes, 23 de abril de 2013

PARTE 109.RAIN RAIN RAIN p2


... Cuando caí en la cuenta de dónde estaba L, salí del cuarto, corrí hacia la puerta de casa mientras por el camino me puse el abrigo y cogí las llaves.

Cerré la puerta y corrí a por un taxi.

-¿A dónde la llevo señorita?- Me dijo el taxista.

Le di la dirección, y 10 minutos después pagué y me bajé del taxi. Llovía a mares y estaba empapada. Recorrí la calle entera, y me paré delante del bar en el que L y yo habíamos vivido la mayor parte de nuestros fines de semana.

Desde la calle pude ver a través del cristal a L. Estaba sentado en la barra. Con muchos vasos vacíos delante de él. Yo tenía una pinta horrible, tenía el pelo empapado, y la gabardina pegada al cuerpo.

Pero entré rápidamente, le abracé y le dije:

-Vas a estar bien, lo prometo.

Acto seguido, pagué la cuenta y me lo llevé de allí. Cogí otro taxi, le metí dentro y fuimos a casa. Entramos por la puerta en silencio. Ninguno de los dos dijo nada.

Le desvestí, le metí en la cama, y le di un ibuprofeno. Apagué la luz, y me fui a dormir al otro cuarto.

Al día siguiente me levante muy pronto, me puse la ropa de deporte y me fui a correr por Hyde park. Volví dando un paseo a casa, pero antes pasé por casa de Danielle.

-Necesito que me hagas un favor Danni. -Dije.

Estuve hablando con ella durante media hora, exponiendo mi idea.

Quería llevar a L a NY, con su familia, una semana, pero Danielle no estaba muy de acuerdo en que yo fuera allí después de enterarse de que T y Anna estaban Juntos.

-Simplemente no me parece una buena idea, que te lleves a un L auto destructivo a una ciudad donde todo va a ser un recuerdo de su hermana, y encima T está allí.

-Tu busca dos billetes de avión cuanto antes, iremos al piso de L.

...

Cuando volví a casa de L, volvía a estar mojada por la lluvia, tarde o temprano me iba a poner mala, pensé. Cuando entré por la puerta, cogí el móvil:

"J Kenedy, a las 10 de la noche en Heatrow, ven a buscar antes los pasajes a casa. Bss"

L estaba ordenando un poco la casa. Cuando me vio, me miró con cara de miedo, como si yo fuera a dejarle por lo que había hecho.

Le miré y le dije:

-Los peores momentos son los que te ayudan a darte cuenta de quién eres. Estás sufriendo, y yo estoy aquí para que no pases por esto solo. Haz la maleta. Tengo una sorpresa.

-Estoy bien, solo fue un momento de debilidad. No necesito no quiero sorpresas, simplemente estaba agobiado de perderlo todo. Mi orgullo está dañado, tengo miedo a perderte M.

-Pues no, eso no está bien. Ha llegado el momento. Tienes que decidir que es mas importante para ti. Tragarte tu orgullo y no conseguir nada, o arriesgarte y quizás tenerlo todo.

L me miro con ojos de cansancio y pena.

-Pues entonces vete a la cocina, haz la comida, yo subiré a hacer las maletas. ¿Dónde tienes tu pasaporte?

L me miró con ojos de sorpresa, y me siguió al cuarto a ayudarme a hacer las maletas.

-M, eso que dijiste sobre arriesgarme... ¿Qué pasa si no es como lo he soñado?

-Lo será- Dije.

-¿Y si lo es?, ¿qué haré después?

Le mire a los ojos, y antes de besarle, le respondí:

-Podrás buscarte un sueño nuevo...






martes, 9 de abril de 2013

PARTE 108.RAIN RAIN RAIN.p1.


... L había ido a hacer unas compras. Yo me quedé en su casa (mi nuevo hogar), leyendo revistas de viajes delante de la chimenea. Estaba preparando una sorpresa para L.

Después de todo por lo que había pasado, necesitaba despejar. Él nunca me hablaba del hecho de que su hermana pequeña ya no estaba, y que ahora tenía más responsabilidades con su familia en NY. Sus otros hermanos eran dos y 4 años más pequeños, y L tenía que tirar ahora de ellos. Sus padres estaban pasando por una mala época, aunque se querían con locura. Le llamaban cada dos días, ya que habían estado muy preocupados por L, se había ido de NY tres días después del funeral, encerrándose en su casa de Londres a destruirse.

Yo había intentado sacarle del hoyo en el que estaba metido, y casi lo había conseguido. Pero había días como hoy, en los que L estaba callado, cerrado en sí mismo.

Cuando dieron las nueve de la noche, llamé al móvil de L, preocupada porque no había dado señales de vida en toda la tarde. El móvil estaba apagado. No podía contactar con él. Decidí esperar un rato, no quería agobiarle.

A las doce y media de la noche decidí que tenía que hacer algo, así que pensé en todos los lugares de Londres que L me había enseñado a lo largo de los días que llevaba viviendo en su casa.

Encendí un cigarrillo, me asomé a la ventana mientras pensaba dónde podría estar L...

viernes, 29 de marzo de 2013

PARTE 107.JUNTOS

... Parecíamos dos niños de 16 años. Ibamos juntos a la facultad, de compras, hacíamos planes que nunca habíamos hechos. Y no nos cansábamos de estar juntos. Solo pensábamos el uno en el otro. Nada más. Nadie más.

En ese momento estaba en la calle, esperando a L. Tenía miedo. Mucho miedo. Pensaba negativamente, porque aprendía de todo lo que había pasado. Cuando se atisba un rato de felicidad siempre hay alguien que quiere destruirla.

Fue entonces cuando vi que L venía hacia mi.

Todas las dudas desaparecieron. Estaba con L. Eso era todo lo q importaba

PARTE 106.STAY


... No sabía que pensar, no sabía sí llamar a T, perono tenía derecho a nada. Y estaba viviendo en casa de L, así que el podía hacer lo que le diera la gana, pero Anna...

Deja de pensar , y duerme, me dije a mi misma. 

.......

Una semana después, seguía en casa de L. Y la verdad, me sentía sola, muy sola. Necesitaba a alguien a mi lado. L ya no se fijaba en mi como algo más, o al menos eso pensaba yo.

Cuando cenábamos, íbamos a hacer la compra, a tomar una copa. Lo que fuera. L se fijaba en otras chicas, ya que yo le habría dejado claro que no quería nada.

Pero el problema ahora era yo: L había ganado peso y volvía a tener sus esculpidos músculos.

Y yo no hacía más que pensar en el como algo más.

....

Una noche, habíamos estado de copas, pero L ya estaba en su cuarto, y yo en el mío. Y yo no hacia mas que pensar en nosotros, como algo más. Me estaba volviendo loca, necesitaba a alguien a mi lado. A alguien como T. Que siempre me había respetado, aunque yo hubiera dudado de él.

Me levanté rápido de la cama, me mire en el espejo. Llevaba puesto un pijama corto (camiseta de tirantes y pantalon corto), de seda granate de Topshop. Tenía el pelo un poco revuelto, así que me peiné. Estaba muy guapa (todo hay que decirlo).

Así qué salí de mi cuarto poniéndome el batín de seda a juego del pijama, piqué en la puerta de su cuarto, y esperé.

L abrió la puerta, con cara de extrañado, y me dijo:

-¿Estás bien, pasa algo?

Me quedé mirando hacia el, hacia mucho tiempo que quería besarle, pero no sabía como iba a reaccionar él.

L se dio cuenta de lo que yo quería. Y yo me di cuenta de que el también lo deseaba.

Me miro a los ojos, dio un paso hacia mi, me atrajo junto a su cuerpo y me besó. Yo le devolví el beso con unas ganas tremendas. L me cogió en sus cuellos, y cerró la puerta.

Los dos estábamos temblando, de los nervios, la emoción y las ganas que teníamos de estar así.

Me llevo a la cama y me recostó suavemente.

-Te prometo, que nunca te haré daño, y nunca dejare que te vayas de mi lado. Nunca.- Me susurró
Y me besó de una manera pasional, de una manera desconocida para nosotros.

Y después, no dejamos llevar....

....Horas mas tarde, estábamos los dos abrazados, en la cama.

-No te vayas de mi lado, QUEDATE, te haré feliz. -Me dijo mientras me acariciaba la espalda.

Me recosté un poco, le miré a los ojos, le di un beso y le dije:

-Intentémoslo, nos tenemos que dar la oportunidad de ser felices.

-Prométemelo- Dijo L.

-Te lo prometo,- contesté...


domingo, 24 de marzo de 2013

PARTE 105.ELLA OTRA VEZ



... Cuando terminó la película, me despedí de L y subí arriba a darme una ducha. Oí como alguien entraba en mi cuarto.

Así que me sequé un poco el pelo con la toalla, y salí del baño. L estaba sentado en mi cama.

-L, me voy a dormir ya. ¿Qué quieres?

-Tengo que decirte algo.

Espera cinco minutos por favor, me pongo el pijama y me dices lo que quieras.

Cogí el pijama de debajo de la almohada, y entré al baño, me sequé rápido el cuerpo, me puse el pijama (una camiseta grande y una sudadera de cremallera), colgué las toallas y salí del baño. L me miró y sonrió.

-¿Qué pasa?- Le pregunté.

-Nada, estás sexy.

-L, dime que quieres y vete a dormir.

-M, necesito decirte algo. Sabes lo que siento por ti. Sabes que lo he pasado mal estos meses. Y tu me has salvado. Si leyeras mis ideas, pensarías que soy el hombre equivocado. Pero entonces con un gesto haces luz. Tu me das paz en tiempos de guerra. Por eso te pido que te quedes aquí conmigo.

-L, me voy a quedar aquí unos días.

-No, me refiero a que te quedes aquí conmigo siempre. Que vivamos juntos, no quiero que te separes de mi.

L se acercó, me miró directamente a los ojos, y me besó. Yo me separé y le dije:

-No te equivoques, estoy aquí para ayudarte, pero nada más. Yo quiero a T. Y esperaré a que él vuelva. Y así estar juntos.

-Pero M, ¿no lo sabes?

-No se el qué. -Respondí interesada y un poco asustada.

-T está con Anna...

jueves, 21 de marzo de 2013

PARTE 104.LOVE ACTUALLY



... Pasamos horas sentados en aquella mesa, poniéndonos al día de cómo estábamos y por lo que habíamos pasado. L se dio cuenta de que yo estaba enamorada de T, pero eso no quitaba que mirara con esos ojos.

L me ayudó a recoger y después decidimos ver una película. L entró en un cuarto en el que su padre tenía la mayor colección de películas que nunca había visto.

-¿Qué película vas a poner?

-Sorpresa...

Nos sentamos en el sofá, y L me tapó con una manta.

Cuando la película comenzó, no pude hacer otra cosa que reírme.

LOVE ACTUALLY.

Era la época perfecta para ponerla, Navidad y Londres.  Es una de esas películas que siempre tienes a mano cuando estas triste o emocionado por el amor que estas viviendo o tienes ganas de vivir. En mi opinión es una de las mejores reflexiones que se han hecho del amor en la historia del cine. EL AMOR EN TODAS SUS DIMENSIONES, el amor que todos queremos, el amor que todos odiamos, puedes comparar cada relación con cada uno de sus personajes, ¿y quien era L?, tenía toda la película por delante para descubrirlo

miércoles, 20 de marzo de 2013

PARTE 103.LUZ


... Eran aproximadamente las diez de la noche, yo seguía leyendo el libro, pero me había cambiado a un sofá menos cerca de la chimenea porque hacía mucho calor, y fue entonces cuando escuché ruidos arriba. L se había despertado.

Había estado durmiendo unas nueve horas. Era bastante. Cuando L entró al salón no dijo nada, y se sentó a mi lado en el sofá, apoyando su cabeza en mi regazo. Le tapé con una manta y le acaricié el pelo. No estaba preparado para hablar aún. Así que le dejé dormir, y tardo menos de cinco minutos en caer rendido ante los brazos de Morfeo.

Cuando L se despertó solo en su sofá, yo ya había vuelto de mi casa. Había ido a darme una ducha y a coger algunas cosas. Había decidido (sin consultar con L) que iba a pasar algunos días en su casa, hasta que todo volviera a estar en "orden". Cuando volví a su casa, entré con una copia de la llave que había en un tarro de la cocina, y L salió corriendo del salón a mi encuentro.

-Tranquilo, no me voy a ir de momento, -dije mientras dejaba caer la maleta y las bolsas en el suelo del hall.

-Gracias por todo M. De verdad. No se que sería de mi sin ti. Eres la única luz que he conocido en mi vida. Y doy gracias por tenerte en mi vida. Me has salvado, y eso nunca lo olvidaré...

-Sh, ahora calla, es tarde y necesito cenar, no he comido en todo el día.

Y nos sentamos a cenar en la mesa del comedor y a charlar sobre todo lo que nuestras vidas habían cambiado menos de un año...