martes, 30 de abril de 2013

PARTE 118.POR DÓNDE EMPEZAR



...Había gastado todo el dinero que me quedaba en copas. No tenía poder sobre mi, ya que el alcohol había hecho de las suyas. Eran las 9 de la noche. Y quería estar sola. No sabía qué hacer.

Me encontraba perdida. No me arrepentía de haber pagado la fianza, pero me hubiera gustado estar con ellos dos. Los tres, y dejar las cosas claras. Pero Anna tuvo que hacer su aparición estelar. Estaba cansada, muy cansada de ella.

Me apetecía estar allí el resto de mi vida. Compartiendo mis penas con el alcohol y con aquel camarero tan guapo que escuchaba mis penas.

Llego un momento en el que el agobio se apoderó de mi. No pude respirar. El camarero se asusto, y me preguntó a quien debería llamar para que me llevaran a casa.

-L o T...- dije casi a punto de desvanecerme.

...

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Estaba en casa de L. Y el  T me miraban, sentados en el salón de casa de L.

-¿Qué ha pasado?- pregunté.

T y L se miraron.

-Por dónde empezar,- dijo L...




lunes, 29 de abril de 2013

PARTE 117. ¿PERO QUE HABEIS HECHO?



... Me vestí rapido, baje a la calle corriendo y paré un  taxi. Al llegar a la comisaría, subi las escaleras, y le pregunté a un policía por T y L.

Me indicó como llegar a donde estaban ellos.

-¿Qué han hecho?- le pregunté.

-Alteración del orden público, se han pegado.

"Que mayores y que maduros", pensé. Subí las escaleras, y un policía me acompañó a la celda de detención que había en la comisaría. Por el camino me explicó:

-Si paga la fianza, ambos se irán de aquí sin cargos. La fianza es de 3000 dólares, si quiere que se vayan ahora, deberá pagarla, sino, necesitarán un abogado.

Calculé mentalmente el dinero que tenía en la cuenta bancaria. Si, seguro que 3000 euros los había.

-¿Puedo hacerlo ya? Y después iré a verlos.

-Muy bien señorita, sígame por aquí.

Diez minutos después me acerqué a la celda, a ver a L y a T. Me quedé bloqueada al ver la estampa. L tenía la mano vendada y una herida en el labio. Claramente T había salido perdiendo. Tenía el ojo amoratado. Y la mano tambien vendada.

La cara de T se iluminó al verme, L en cambio miró al suelo, muerto de la vergüenza.

-M... - dijo T.

L siguió sin mirarme ni decir nada.

-Os debería dar vergüenza, a los dos. Pegaros como dos niños.  Ya he pagado la fianza. Nos vamos. Los tres. Tenemos que hablar de esto.

En ese momento la cerda de Anna llegó corriendo con cara de susto a la celda.

"La que faltaba", pensé.

L y T se quedaron mirando a Anna, y después me miraron a mi. No supe como actuar, me quedé bloqueada. Miré a L que me sonrió, como para darme ánimos.

Después miré a  T. No miró para ella. Anna hizo un amago de saludarme, pero me fui, corrí al salir de comisaría. Los dejé a los tres dentro, que hicieran lo que quisieran. Fue cuando caí en la cuenta y entendí que no podíamos arreglar nada. Quería a los dos por igual, me habían hecho muchísimo daño, pero también me habían hecho muy feliz. Miré el bolso, tenía 35 dólares. Paré un taxi. Y escapé me fui lo más lejos posible. Paré a comprar tabaco, y a tomarme una copa. Eran las 5 de la tarde de un martes, pero ni si quiera se me hizo raro...

PARTE 116.COMISARÍA




... Marque rápidamente el número de L, y esperé... sin respuesta. Volví a marcar su número. No contestaba...

Así que opté por la otra opción. Llamé a T. Espere un momento. Y después respondió:

-¿Qué coño le has contado a L?- Me espetó.

-¿Qué ha pasado?- le pregunté.

-M, no te lo voy a repetir. 

-No me hables así, no voy a dejar que me hables así. Ayer L llegó a casa y me vio llorando, cogió mi móvil y leyó tus mensajes. Vio como me dejaste, y tomo la decisión de hacer algo. Ahora quiero saber que pasó.

-Puedes venir a buscarnos. 

-¿Qué? ¿Estais juntos?

-Eres mi llamada de la comisaría.

Oh mierda, en la comisaría...

domingo, 28 de abril de 2013

PARTE 115.MI SALVADOR



... Me desperté cuando L llegó a casa, pero volví a cerrar los ojos porque después de haber llorado me pesaban y solamente quería dormir. Pude escuchar como L se cercó al suelo y cogió mi móvil al entrar al cuarto. Saqué un poco de fuerza de mi interior y entreabrí mis ojos, vi como la cara de L cambiaba al leer los mensajes, y darse cuenta de todo lo que me estaba pasando. Las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas. No quería hacerle daño, pero estaba agobiada, necesitaba abrazarle y sentirle cerca.

Abrí los ojos del todo, y nos cruzamos las miradas.

-Pero cómo no me dijiste nada.... Podría haber hecho algo M...

-Por favor, abrázame. Solo abrazame, estoy muy muy cansada, y no quise contártelo porque no quería preocuparte...

Y comencé a llorar.

-M eheh, para para. No llores. Ya está, estoy aquí. Contigo. Te ayudaré. Duerme. Yo estaré aquí, a tu lado, no pasará nada...

Cuando me desperté la mañana siguiente, L no estaba.  Había dejado mi móvil en la mesita de noche. Tenía más mensajes de T. Abrí el último.

Mierda, L le había hecho una visita...

sábado, 27 de abril de 2013

PARTE 114.MORFEO



... Nunca había conocido una ciudad así. De esa manera. NY ofrecía mil planes que hacer. Y yo los hice todos con L. Un día recorrimos la ciudad buscando el mejor restaurante francés, para rememorar un poco de París.

-Tranquila M, yo te llevaré de nuevo a París.

....

Durante los 3 días siguientes, me llegaron más mensajes de T. El no entendía que yo no quería que se me acercara. Tenía  miedo de decírselo a L, porque no quería asustarle, y que le dijera nada a T. No quería que hubiera problemas.

Esa noche L y yo estábamos cenando en un restaurante vietnamita que también había en Londres. Saqué el móvil para mirar la hora. Tenía siete mensajes de T. Estaba empezando a cansarme, y a agobiarme también.

Después de cenar, nos fuimos a casa. Te había quedado con unos amigos, pero yo esta a muy cansada, así que puse una película y me quedé en casa.

....

El sonido del teléfono me despertó horas después, lo cogí y miré la pantalla: Era T.

-¿QUE QUIERES?- le grité.

-Te quiero a ti, M. Te echo tanto de menos que me duele el alma. Dejé de ser yo en cuanto te fuiste de mi lado. Y necesito que vuelvas, junto a mi. Necesitaba oír tu voz. Me reconforta y...

-Ya basta, -le corté- NO quiero que me hables, quiero que me dejes tranquila- comencé a llorar del agobio acumulado y el cansancio, casi no podía ni hablar.- Quiero que me dejes... tranquila. Estoy con alguien ahora y lo único que necesito para ser realmente feliz es que me dejes tranquila. Y... -tuve que colgar el teléfono porque no podía hablar.

Pasaron unos minutos, en los que mi teléfono no cesó de sonar. Había borrado todos los mensajes que T me había mandado esos días.

Recibí un mensaje nuevo que decía:

"Lo siento, no llores más, te dejaré en paz como me has pedido. Pero algún día volveré a por ti, te llevaré lejos. Quiero verte, y besar tus labios de nuevo"

Leí el mensaje y lancé el móvil contra la pared, pero no rompió.

Y dejé que Morfeo me abrazara, llevándome al estado del sueño, donde los problemas no existían...



viernes, 26 de abril de 2013

PARTE 113.MENSAJE



... La voz de T sonaba cálida, esperanzada:

"... M estoy en uno de mis sitios favoritos del mundo, rodeado de gente, cultura, arte, música... y lo único que ahora mismo me apetece es estar contigo, mostrarte todo lo que estoy conociendo, besar tus labios... Quizás algún día me dejes de nuevo..."

Me quedé callada, sin decir nada, y L se preocupó. Pero le dije que no era nada, que solo estaba cansada. Así que nos despedimos de su familia y nos fuimos a casa.

Por lo menos T no sabía que estaba en NY. "M centrare pensé" Esto no merece la pena...

PARTE 112.MILAGRO



... El reencuentro de L con su familia fue algo mágico, no se dijeron apenas nada. La familia era como una extensión de cada uno. Y cuando L me presentó, me sentí uno mas.
Los padres y los hermanos de T vivían en un ático con vistas a Central Park, era una familia adinerada, pero eso lo sabía, y no hacía otra cosa que alejarme de L.

Fuimos a una galería propiedad de los padres de L, donde había un artista que pintaba sobre un gran lienzo un autorretrato. Se movía rápido y sin dudar. Estaba pensando en qué sentiría en ese momento, para hacer un autorretrato tan oscuro pero fuerte.

Estaba sola, admirando lo que hacía, cuando L vi por el rabillo del ojo que L se acercaba a mi.

-El chico de Central Park, -dije.

-La princesa sin su vestido,- respondió L.

-Increíble, ¿verdad?- dije.- Todo artista tiene una historia, ¿sabes?

-¿Y cuál supones que es su historia?

... Me quedé pensando un momento, hasta que finalmente, dejé d e mirar a L, para mirar al artista, entonces dije:

-El está... enfadado, es oscuro. No se siente seguro y no sabe muy bien qué hacer al respecto. Yo creo que desearía controlar sus impulsos, sus demonios, en lugar de que ellos le controlen a él.

Pude notar como L se ponía tenso. Cuando le miré vi que las lágrimas se le agolpaban en los ojos. Pero miré de nuevo al frente y proseguí:

-Está... perdido. Solo... O quizá se siente triste esta noche, o haya bebido... Lo siento, cuando me concentro mucho en algo comienzo a divagar y...

-No. - Dijo L tajante y con lágrimas en los ojos. - Creo que tenías razón al principio. Está perdido, y aunque está rodeado de gente se siente solo. Pero la ayuda que necesita está junto a él.

En ese momento me di cuenta de que L se sentía identificado con mis palabras. Se disculpó y salió rápidamente de la galería. Yo le seguí.

Fuera hacía calor, y L estaba de pie, fumando un cigarrillo y con la mano en la frente, pensando.

-Olvidé lo mucho que me gusta esta ciudad.

-Yo no lo he hecho,- dije. - Todo lo que aquí has vivido...

L no dijo nada, así que le pregunté:

-¿En qué estás pensando?

-Toda mi vida he vivido aquí lleno de caprichos, de todo lo que quería. Cuando me fui a Paris escapando de mi horrible final con Anna, decidí que iba a dejar NY atrás. Para nunca más volver. Su traición me hizo mucho daño, me hizo sentir débil. Y odiaba esa sensación. Esta ciudad fue mi hogar, mi casa durante mucho tiempo. Y ahora nada es igual, todo ha cambiado. Pero te he ganado a ti. Hubo un tiempo en el que yo era el rey de esta ciudad. Era respetado y querido. Pero ahora, no tengo nada, excepto a ti. M, eres el mejor de los regalos que la vida me ha dado. Y estaré te agradecido eternamente por todo lo que estas haciendo por mi. TE QUIERO.

Miré a L y comprendí que el amor no era algo que se elige, que se busca , sino que es aquello que se encuentra en detalles tan pequeños como ese. Quería a L tanto que me dolía, y esperaba estar siempre junto a él.

....


En ese  mismo momento sonó mi móvil. Tenía un mensaje de voz, Al escucharlo me quedé fría, era la voz de T. Que querría esta vez...









jueves, 25 de abril de 2013

PARTE 111.VOLVER A EMPEZAR



...En el taxi de camino a casa de L, pude notar su nerviosismo. NY era su ciudad, su ambiente, y siempre estaba seguro allí. Pero ahora todo era diferente. L veía NY como  un enemigo. La última vez que había estado allí había pasado los peores momentos de su vida. Y yo había sido su ángel.

Cuando entramos en su piso, pude comprobar la vida que L llevaba en NY: fiestas caras, chicas y limusinas. Estaba todo desordenado, lleno de telas blancas tapando montones de libros y muebles. Me enseñó su cuarto. En el que solo había una cama y un armario. 

-Está todo desordenado, hace mucho tiempo que no vengo. Recogeré todo un poco, mientras tu bajas a hacer la compra. Bueno. Mejor, espera, que más da. ¿Me acompañas a ver a mi familia?- Me preguntó.

....Me quede helada,  nunca se me habían dado bien los padres, y aunque había conocido a los de L de vista. Tenía que aclimatarme primero un poco a la ciudad. 

Cuando me di cuenta de que todas esas emociones se veían reflejadas en mi cara, vi como L se había percatado de todo. De todo lo que sentía. Entonces yo entendí porqué estaba ahí, con el. Así que me recompuse rápidamente, y le pregunté de broma:

-Es que no tengo ropa de etiqueta.

L se rió, se acercó a mi y me dijo riendo:

-Reservate el traje de princesa para otro momento.

Me besó, y entonces supe que a su lado nunca pasaría nada malo, ni nada me iría mal.

....

De camino a casa de los padres de L pensé en todo el último año, todas las cosas que me habían pasado. Y me di cuenta de en realidad todo me había ayudado a crecer y madurar.

recordé una frase que la protagonista de mi serie favorita había dicho:

"¿Quién decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año... es un acontecimiento, grande o pequeño. Algo que nos cambia, que nos da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo. Para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos. Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar. Aunque también es importante recordar que entre todo lo malo siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse."


Así que eso es lo que hice, me aferré al ahora, al presente, agarré la mano de L y comprendí que podía contar con él, confiar en el. Porque sabía que no me iba a hacer daño, sino que, al contrario, cuidaría de mi, y me enseñaría a volver a empezar...

miércoles, 24 de abril de 2013

PARTE 110.MI CASA ES DONDE ESTAS TÚ.



...Eran las 8 de la tarde, y estábamos llegando al aeropuerto después de haber pasado por casa de Danielle a por los billetes.

Cuando llegamos a la puerta de embarque L supo a donde nos dirigíamos: a NY.

-M no, no quiero ir.

-L, tienes que ver a tu familia, te has encerrado en Londres desde que... -L se puso pálido- desde que pasó todo. Tus hermanos te necesitan, y tus padres también. Es hora de que me los presentes, quiero conocerlos, y pasaremos una semana en tu piso. He cogido las llaves. Todo está preparado, así que nos vamos.

.....

Unas horas más tarde, estábamos aterrizando en NY.

-Has llegado a casa, -dije.

-No M, mi casa es el lugar donde estés tu...

martes, 23 de abril de 2013

PARTE 109.RAIN RAIN RAIN p2


... Cuando caí en la cuenta de dónde estaba L, salí del cuarto, corrí hacia la puerta de casa mientras por el camino me puse el abrigo y cogí las llaves.

Cerré la puerta y corrí a por un taxi.

-¿A dónde la llevo señorita?- Me dijo el taxista.

Le di la dirección, y 10 minutos después pagué y me bajé del taxi. Llovía a mares y estaba empapada. Recorrí la calle entera, y me paré delante del bar en el que L y yo habíamos vivido la mayor parte de nuestros fines de semana.

Desde la calle pude ver a través del cristal a L. Estaba sentado en la barra. Con muchos vasos vacíos delante de él. Yo tenía una pinta horrible, tenía el pelo empapado, y la gabardina pegada al cuerpo.

Pero entré rápidamente, le abracé y le dije:

-Vas a estar bien, lo prometo.

Acto seguido, pagué la cuenta y me lo llevé de allí. Cogí otro taxi, le metí dentro y fuimos a casa. Entramos por la puerta en silencio. Ninguno de los dos dijo nada.

Le desvestí, le metí en la cama, y le di un ibuprofeno. Apagué la luz, y me fui a dormir al otro cuarto.

Al día siguiente me levante muy pronto, me puse la ropa de deporte y me fui a correr por Hyde park. Volví dando un paseo a casa, pero antes pasé por casa de Danielle.

-Necesito que me hagas un favor Danni. -Dije.

Estuve hablando con ella durante media hora, exponiendo mi idea.

Quería llevar a L a NY, con su familia, una semana, pero Danielle no estaba muy de acuerdo en que yo fuera allí después de enterarse de que T y Anna estaban Juntos.

-Simplemente no me parece una buena idea, que te lleves a un L auto destructivo a una ciudad donde todo va a ser un recuerdo de su hermana, y encima T está allí.

-Tu busca dos billetes de avión cuanto antes, iremos al piso de L.

...

Cuando volví a casa de L, volvía a estar mojada por la lluvia, tarde o temprano me iba a poner mala, pensé. Cuando entré por la puerta, cogí el móvil:

"J Kenedy, a las 10 de la noche en Heatrow, ven a buscar antes los pasajes a casa. Bss"

L estaba ordenando un poco la casa. Cuando me vio, me miró con cara de miedo, como si yo fuera a dejarle por lo que había hecho.

Le miré y le dije:

-Los peores momentos son los que te ayudan a darte cuenta de quién eres. Estás sufriendo, y yo estoy aquí para que no pases por esto solo. Haz la maleta. Tengo una sorpresa.

-Estoy bien, solo fue un momento de debilidad. No necesito no quiero sorpresas, simplemente estaba agobiado de perderlo todo. Mi orgullo está dañado, tengo miedo a perderte M.

-Pues no, eso no está bien. Ha llegado el momento. Tienes que decidir que es mas importante para ti. Tragarte tu orgullo y no conseguir nada, o arriesgarte y quizás tenerlo todo.

L me miro con ojos de cansancio y pena.

-Pues entonces vete a la cocina, haz la comida, yo subiré a hacer las maletas. ¿Dónde tienes tu pasaporte?

L me miró con ojos de sorpresa, y me siguió al cuarto a ayudarme a hacer las maletas.

-M, eso que dijiste sobre arriesgarme... ¿Qué pasa si no es como lo he soñado?

-Lo será- Dije.

-¿Y si lo es?, ¿qué haré después?

Le mire a los ojos, y antes de besarle, le respondí:

-Podrás buscarte un sueño nuevo...






martes, 9 de abril de 2013

PARTE 108.RAIN RAIN RAIN.p1.


... L había ido a hacer unas compras. Yo me quedé en su casa (mi nuevo hogar), leyendo revistas de viajes delante de la chimenea. Estaba preparando una sorpresa para L.

Después de todo por lo que había pasado, necesitaba despejar. Él nunca me hablaba del hecho de que su hermana pequeña ya no estaba, y que ahora tenía más responsabilidades con su familia en NY. Sus otros hermanos eran dos y 4 años más pequeños, y L tenía que tirar ahora de ellos. Sus padres estaban pasando por una mala época, aunque se querían con locura. Le llamaban cada dos días, ya que habían estado muy preocupados por L, se había ido de NY tres días después del funeral, encerrándose en su casa de Londres a destruirse.

Yo había intentado sacarle del hoyo en el que estaba metido, y casi lo había conseguido. Pero había días como hoy, en los que L estaba callado, cerrado en sí mismo.

Cuando dieron las nueve de la noche, llamé al móvil de L, preocupada porque no había dado señales de vida en toda la tarde. El móvil estaba apagado. No podía contactar con él. Decidí esperar un rato, no quería agobiarle.

A las doce y media de la noche decidí que tenía que hacer algo, así que pensé en todos los lugares de Londres que L me había enseñado a lo largo de los días que llevaba viviendo en su casa.

Encendí un cigarrillo, me asomé a la ventana mientras pensaba dónde podría estar L...